San Petersburgo, AFP
El constructor automotor japonés Nissan abrió el martes su primera fábrica en Rusia, en presencia del primer ministro, Vladimir Putin, en una apuesta por el mercado ruso pese a la caída generalizada de la demanda.
La planta, instalada en los alrededores de San Petersburgo, tiene una capacidad de producción anual de 50 000 vehículos, y empleará en un principio a 750 personas.
La apertura de las instalaciones, de un coste de USD 200 millones, se produce en un momento de crisis para la industria automovilística rusa, marcada por el desplome de las ventas y el parón de la producción en las fábricas durante semanas.
“Pese a la crisis económica mundial, se están realizando grandes inversiones en Rusia”, declaró Putin, que condujo unos metros el primer vehículo que salió de la cadena de producción, un Nissan Teana.
El brasileño Carlos Ghosn, presidente del tercer fabricante japonés de automóviles, dijo que pese a la crisis el mercado ruso aún tiene un gran potencial.
“Nuestra confianza en el significativo potencial de ese mercado apoyó nuestra decisión de poner en marcha la producción local”, declaró.
El mercado automovilístico ruso vivió un desarrollo sin precedentes en los últimos años, pero el ministro de Industria Viktor Jristenko admitió que podría contraerse un 60% en 2009 respecto a 2008.
Pocos días antes de la apertura de la fábrica, el Gobierno alemán autorizó una oferta apoyada financieramente por el mayor banco ruso, Sperbank, para hacerse con el control de Opel, filial de General Motors, que el lunes se acogió a la ley de quiebras en Estados Unidos.