Los niños y niñas cada vez practican más idiomas

Redacción Sociedad

“Please, préstame el color yellow”, dice risueña Emilia, sosteniendo varios lápices de color en su mano. Del otro lado de la pequeña mesa romboide, Juan Esteban extiende un gastado lápiz mientras canta “One little monkey  jumping on the bed” (un pequeño mono que salta sobre la cama).

Como muestra, los dos infantes de 3 y medio y 4 años sienten el inglés como su segunda lengua. Más allá de aprender un idioma, lo han interiorizado. Así lo afirma Andrea Oquendo, licenciada en educación y recreación parvularia y directora de Little Dreams.

“La época en la que aprendíamos otro idioma mediante memoria y traducción quedó en el pasado”, dice. Este método divierte a los niños, éstos, mientras más pequeños, absorben mayor cantidad de información  y se atreven a indagar y jugar con el idioma. “No tienen miedo al ridículo o a la burla”.

Sarita, Ignacio y Dana, junto a la pizarra donde María Elena coloca distintas láminas y carteles, se mueven al son de una canción. Cuando su profesora pregunta ¿Who is happy?, al unísono gritan ¡me! Y aunque la pequeña Sarita, de solo un año, contesta con una fuerte exclamación y una sonrisa, lo comprende todo. Al parecer, todo infante es un políglota nato, pero esta cualidad no puede ser desarrollada correctamente a menos que los padres comprendan los principios que ayudan a una mejor enseñanza.

La base del aprendizaje temprano está en la introducción y grabación de diferentes sonidos y fonemas en la mente de los niños. Para María José Jervis, directora académica  del centro infantil Kikirikids, la estimulación y el aprendizaje de idiomas desde temprana edad es vital.

“Según estudios, es en los primeros años cuando se construyen las conexiones cerebrales” y  por ello  “es importante que se fomenten pronto los fundamentos que luego permitirán que los niños  puedan expresarse con naturalidad y desarrollar una mejor retención y aprendizaje”.

Los especialistas aconsejan enseñar otros idiomas a los niños tras comprender el proceso y seguir algunas reglas. Jervis afirma que los infantes escuchan aún desde el vientre materno. Por ello es importante que se les hable en otro idioma sin errores gramaticales ni fonéticos; eso con el fin de que sus mentes graben los sonidos y así su cerebro no los borre después, eliminando también la posibilidad de hablar correctamente dos o más lenguas extranjeras.

Aunque no hablarán esta lengua si no hasta los 3 ó  4 años, los pequeños entienden el idioma y captan los tonos. Su cerebro se desarrolla de diferentes maneras respecto al de los niños que solo hablan su idioma natal y se utilizan y aprovechan más zonas en el mismo.

Además, Jervis aconseja que por seguridad del niño, su lengua materna esté siempre reforzada por las personas que lo rodean y en quienes confía y que la segunda lengua sea implementada, de preferencia, por una tercera persona.

Ésta deberá conocer perfectamente el idioma. “Porque si hablamos a nuestros hijos en otro idioma sin saber hablarlo bien y con errores en acento y pronunciación, lo más seguro es que ellos también capten y aprendan estas falencias”.

En caso de querer estimularlo en casa, recomienda el uso de materiales audiovisuales, juegos o lecturas.

En lo que respecta a la educación primaria, Anita Bello, psicopedagoga del colegio José Engling, señala en que además de valores fundamentales, es indispensable que tanto en la institución cuanto en el hogar, se diferencie el potencial de cada niño y se trabaje en su desarrollo conforme a su facilidad y destreza. Manifiesta que debido a que el lenguaje es la envoltura del pensamiento, es fundamental desde pequeños motivarlos en este sentido.

Leah Yépez, coordinadora del programa de años intermedios del colegio Americano, afirma que “esta etapa es crucial para que un individuo adquiera los sonidos de la lengua.  No obstante, para aprender un segundo o tercer idioma, no hay límite de edad”.

Jervis agrega que a menos que el hogar sea multicultural, es decir cuando los padres hablan distintos idiomas y en el centro de desarrollo el niño recibe otro, es preferible introducir al pequeño en una lengua extranjera a la vez.

Caso contrario, puede degenerar, entre otros, en desobediencia cuando no hay buena comprensión de un tercer o cuarto dialecto. No hay que olvidar, como sostiene Yépez, que las ventajas son numerosas. “Entre otras está el desarrollo del conocimiento, conciencia y apreciación de otras culturas, la utilización de los dos hemisferios del cerebro al aprender nuevos idiomas, las mayores oportunidades de trabajo…”.

Consejos para los padres

Es importante que los padres den a sus hijos la oportunidad de sentar bases para aprender de mejor manera otro idioma:

Poniendo a disposición materiales como canciones, videos o series infantiles.

Si un padre es nativo extranjero o habla perfectamente el idioma, debe hablarle constantemente.

Si el niño recibe clases para aprender el nuevo idioma, los padres deben motivarlos a continuar, inculcándoles la responsabilidad y disciplina que implica.

Es importante no sobre estimular a un niño, a fin de impedir que el mismo pierda su enfoque.

Evitar enseñarle con mal acento, pues los pequeños adquieren sonidos equivocados.

Nombrar objetos y familiarizarlos a manera de juego para repasar sin presionarlos.

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