Cinco niños dieron su testimonio de abuso en la cámara de Gesell, por segunda vez

Los pequeños han dado versiones en al menos seis ocasiones.  Foto. Mario Faustos / EL COMERCIO

Los pequeños han dado versiones en al menos seis ocasiones. Foto. Mario Faustos / EL COMERCIO

Los pequeños han dado versiones en al menos seis ocasiones. Foto. Mario Faustos / EL COMERCIO

Adrián (nombre protegido) conoce al detalle los pasillos y rincones de la Fiscalía del Guayas. Este jueves, 4 de enero del 2018, el pequeño entró por segunda vez a la cámara de Gesell, ubicada en el edificio del centro de Guayaquil.

En la angosta sala, le relató a una psicóloga el abuso que vivió en el baño de la escuela pública donde estudiaba. Allí, cuatro docentes habrían agredido sexualmente a un grupo de estudiantes, entre ellos Adrián.

Cuatro niños afectados y cuatro testigos, todos de entre 7 y 8 años de edad, fueron citados nuevamente para dar su versión dentro de uno de los dos procesos que sigue la Fiscalía por una denuncia de abuso sexual en el colegio público del norte de la ciudad. El caso fue se hizo público el 5 de octubre del 2017 y desató una serie de denuncias similares en todo el país.

El 7 de diciembre los niños comparecieron por pedido de la fiscal Judy Tutivén, quien investiga la participación de los profesores Eduardo B. S. y Máximo M. M., detenidos en la escuela el 13 de octubre.

Este jueves se retomó la versión solicitada por el fiscal César Peña, que se suspendió el 20 de octubre. Solo cinco niños acudieron (cuatro afectados y un testigo). Peña sigue la instrucción contra Xavier M. B., el docente que continúa prófugo; y Bryan M. Z., detenido en un allanamiento al plantel el 6 de octubre.

Adrián fue uno de los primeros en salir esta mañana, junto con sus abuelos. “Esperamos que este martirio acabe pronto. El niño está en tratamiento psicológico, pero las pesadillas no desaparecen”, dijo su abuelo materno. El pequeño aún se despierta asustado y pide ayuda a gritos. En sueños intenta huir de uno de los maestros acusados.

“La Fiscalía ha podido detectar que los niños habían sido víctimas de delitos sexuales y que los testimonios son concordantes. Ellos narraron que fueron atados, que los habían hecho ingerir orina, que les habían tomado fotos, que les habían tocado sus partes íntimas, que les habían practicado sexo oral… La identificación de las mismas personas como sus agresores también concuerda”, dijo Hernán Ulloa, abogado de los estudiantes y de sus padres.

Los pequeños han dado versiones en al menos seis ocasiones. Para Ulloa, el proceso los ha revictimizado.

La fiscal provincial, Patricia Morejón, señaló que esta será la última comparecencia. “Este será el único testimonio. Luego se procederá con el resto de diligencias”. Se espera que a mediados de febrero concluyan las instrucciones fiscales y se programe la audiencia de llamamiento a juicio.

Suplementos digitales