¿Qué hacer para que los niños no pierdan el tiempo?

Muchos padres se quejan de la frase “Lo voy a hacer más tarde”. Con el paso de los años los niños se acostumbran más y más a posponer sus tareas y demás responsabilidades porque se creen más adultos y  que pueden decidir a su gusto y conveniencia, lo cual puede llegar a convertirse en un real problema dentro del hogar.

Sin embargo, si juegan bien sus cartas, los padres pueden evitar que esto se convierta en un mal hábito futuro, al analizar qué está detrás de ese comportamiento y usar las estrategias que propone la especialista Sharlene K. Johnson, escritora y editora de temas sobre la crianza y educación de los niños y adolescentes, por los que ha  recibido premios muy importantes.

“No quiero hacerlo”

Los niños a menudo pierden el tiempo y no cumplen con sus tareas por una simple razón: tienen prioridades diferentes a las de los adultos. La especialista sugiere que los padres hagan con sus hijos una lista de tareas que incluya todo lo que deben hacer diariamente, para que no tengan una excusa por olvido o porque no estaban seguros de ello.

Los padres deben olvidar esos sueños irreales de conseguir que sus hijos estén dispuestos siempre a cumplir con las tareas asignadas. “Cosas como las buenas notas y las buenas maneras son conceptos abstractos para los niños y no importa cuanto los padres lo recalquen nada cambiará con ello.

En lugar de crear una atmósfera difícil, lo mejor será que vayan colocando prioridades en la lista y privilegiando lo que no es tan complicado y lo que los niños quisieran hacer siempre. Por ejemplo, la lista debe incluir espacios para mirar televisión y para los juegos de video, luego de haber completado sus tareas escolares. De esta manera el niño aprenderá que así como tiene privilegios también tiene responsabilidades”, anota Johnson.

“No puedo hacerlo”

Los padres no deben aceptar un “no puedo” así porque sí, deben descubrir qué está realmente sucediendo y qué hay detrás de la negatividad infantil.

Si el proyecto escolar es algo que los padres saben que sus hijos pueden hacerlo, pudiera ser que su rechazo se deba a que la tarea parece demasiado amplia y no sepan por dónde empezar. Pero si su hijo o hija está perpetuamente dejando de lado la tarea escolar y parece que le cuesta muchísimo cumplir con cualquier deber, será necesario investigar lo que está pasando.

El posponer permanentemente los deberes escolares puede, en ocasiones, ser una señal de un problema mayor como  una dificultad de aprendizaje. Para manejar estas situaciones la especialista sugiere que se converse primero con los profesores.

Si un posible problema de aprendizaje es descartado y la frase “no puedo hacerlo” en realidad significa “me siento intimidado pero sí soy capaz de hacerlo”, entonces lo que se debe hacer es enseñar a los niños a dividir la tarea en etapas. Lo mismo se puede hacer con las tareas domésticas como, por ejemplo, mantener limpia y ordenada la habitación. 

“Tengo bastante tiempo…”

Cuando es hora de ir a la cama es cuando la guerra empieza en casa con los más pequeños, especialmente. “Los niños no están listos para comprender el sentido de la urgencia ni se dan cuenta de que media hora más o menos puede ser una gran diferencia cuando de dormir el tiempo adecuado para su edad se trata.

No es raro escucharles decir ‘un ratito más, ya se acaba este programa de TV o ya completo el juego’, pero es necesario que los padres enseñen a sus hijos a cumplir con horarios establecidos y con una rutina lógica y adecuada para todos los miembros de la familia”, anota la doctora Johnson.

Sugiere, además, que se converse con los hijos y se les haga ver la necesidad de tener reglas dentro del hogar, que deben ser cumplidas por todos para que nadie se sienta perjudicado. Los niños desde temprana edad deben saber que viven dentro de una sociedad (familia, escuela, vecindario) que establece horarios y espacios de tiempo específicos, para que exista una armonía en la vida de todos quienes habitan esos espacios.

“Lo  voy a hacer mal”

Su niño o niña pudiera estar dejando cosas para hacerlas más tarde, lecciones por aprender o deberes que cumplir, en especial si se trata de algo nuevo, aunque sea algo que disfruta porque tiene temor de no poder hacerlo perfectamente. Incluso en esos casos en los que los niños suplican a sus padres que les lleven a recibir clases de música o de arte, es posible que empiecen a posponer sus prácticas porque no logran hacerlo  como lo  habían imaginado.

La doctora Johnson considera que es importante hacerles notar a los niños que cometer  errores es parte de todo aprendizaje y que nadie nace sabiendo. “La excelencia, es decir, lograr hacer lo mejor, es posible siempre, pero la perfección no lo es”, dice y pide a los padres que eviten que sus hijos se vuelvan perfeccionistas porque esto puede convertirse en un problema muy serio.

Ayudarles  a manejar su tiempo

Los padres deben ayudar a sus hijos a ser organizados y manejar su tiempo, pero jamás con  rigidez. Una buena estrategia sugerida por la especialista y que funciona muy bien con los niños a partir de los 5 años y hasta los doce es:

Establecer expectativas claras. Elaborar una lista de responsabilidades diarias durante la semana, desde las prácticas de piano hasta la limpieza de la habitación. Así, los hijos sabrán con exactitud qué deben hacer cada día y cada vez que cumplen una tarea deben colocar una marca en rojo en la lista.

Animarles a hacer primero lo que más les cuesta. Ejemplo: convencerles de que lo mejor es hacer las tareas  tan pronto llegan a casa y, luego, ver la tele. Lo contrario  crea problemas.

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