En Tumbaco una explosión dejó dos niños heridos. Foto: cortesía Cuerpo de Bomberos Quito
Alrededor de las 17:30 de este lunes 23 de marzo del 2015 se sintió una explosión en el sector de los tanques de Rumihuaico, en Tumbaco.
Las unidades de Policía y de Bomberos acudieron al lugar tras recibir una llamada que alertaba sobre el accidente. Dos niños de 7 y 10 años fueron rescatados de una casa.
Uno de ellos, según el subteniente Juan Pablo Sarzosa, del Cuerpo de Bomberos, tenía quemaduras de segundo grado en el rostro. El otro pequeño sufrió heridas en su pierna. Los rescatistas confirmaron que los niños se encontraban estables y fueron llevados al hospital Carlos Andrade Marín, para recibir atención médica especializada.
Además de las dos ambulancias que trasladaron a los niños, el Cuerpo de Bomberos informó a través de su cuenta de Twitter que envió 20 efectivos, una autobomba y un tanquero para controlar la emergencia.
Las investigaciones sobre las causas de la explosión están en proceso. A las 20:35, miembros de la Policía resguardaban el lugar y esperaban junto a los bomberos la llegada de personal de la Fiscalía, para abrir la casa, que permanecía con candados. Su intención es verificar dónde exactamente ocurrió el accidente y confirmar su origen.
Sin embargo, las autoridades adelantaron que se trató de una explosión de juegos pirotécnicos, tanto por las características de la detonación como por el material que se podía apreciar desde las ventanas de la casa.
A las 21:10, peritos del Cuerpo de Bomberos decidieron entrar al lugar donde ocurrió la explosión. Se trata de una casa a medio construir. En un espacio que está en obra gris se observa una carretilla destruida, en donde al parecer explotó el material. Además, hay costales en el piso con material que, según los expertos, se utiliza para fabricar juegos pirotécnicos artesanales.
La explosión ocurrió en una casa al final del pasaje San Luis, ubicado en una intersección de la calle Ilaló de este sector se Tumbaco.
Los vecinos, quienes prefieren no identificarse, afirman que los niños heridos no vivían en la casa donde se almacenaban los fuegos artificiales, si no en una vivienda cercana. Según su testimonio, los pequeños pasaban las tardes ahí, mientras llegaban sus padres del trabajo.