En esta casa en el barrio Alcantarillas, en San Antonio de Pichincha, se preparan para el velatorio del niño Brayan Tamayo.
Foto: Betty Beltrán/EL COMERCIO
Cerca del mediodía de hoy, 8 de junio, Brayan Tamayo, de 13 años de edad, jugaba fútbol en el patio de su casa ubicada en el barrio Alcantarilla (vía a Calacali, en la parroquia de San Antonio de Pichincha, norte de Quito).
Lamentablemente el balón cayó en la parte alta de una construcción de bloque y cuando el pequeño subió a buscarlo, la pared le cayó encima.
Llegaron los paramédicos del Cuerpo de Bomberos para atender la emergencia, pero por la gravedad del golpe craneoencefálico severo que sufrió falleció casi enseguida, según informaron los socorristas.
Por las circunstancias en las que se dio el accidente y en consideración de que los padres del niño son de escasos recursos, el Municipio de Quito activó el fondo de emergencia mortuorio.
De esta manera, correrá con todos los gastos del funeral y un grupo de psicólogos ofrecerá el apoyo a familiares y vecino, pues varios niños vieron el incidente.
Alrededor de las 16:30, los familiares del pequeño se dieron cita en el que fue su hogar y empezaron a arreglar el sitio para el velatorio. A eso de la 13:00 llegó el primer arreglo floral de parte de sus amigos del equipo de fútbol al que pertenecía. De adulto quería ser el mejor jugador el país. Ese era su sueño.