La producción de caña de azúcar pasó por un revés en el 2009 y 2010, que se espera superar con la zafra, que se iniciará en junio.
El clima inestable, con excesos de lluvia o la carestía de esta, derivaron en un déficit que alteró el mercado interno.
El Gobierno aplicó medidas compensatorias, como la importación del endulzante solo para los fabricantes de confites. Además de la venta directa de los ingenios al consumidor ante una inusual carestía.
Sin embargo, la agroindustria tiene como reto obtener mejores resultados desde este año, tras la inversión en variedades de caña más productivas. Aquella fue una de las conclusiones del II Congreso de Azucareros del Ecuador, que culminó el jueves en Guayaquil.
Allí se explicó que la semilla EC01, primera variedad entregada por el Centro de Investigación de la Caña de Azúcar (Cincae), empezó a reemplazar a la Ragnar. Esta última, de origen australiano, fue introducida al país hace 40 años.
La EC01 supera en el primer año con 37 sacos de azúcar por hectárea a la variedad Ragnar y en el segundo, con más de 40 sacos, según un estudio del ingenio Valdez, de hace seis meses.
Según Fabián Jaramillo, jefe de campo del Cincae, la EC01 ya reemplaza en un 24% a la superficie de la Ragnar. Es decir, de las cerca de 50 000 hectáreas cultivadas con la variedad introducida, 12 000 fueron reemplazadas por la variedad nacional desde 2007.
Este mecanismo permitirá ala industria mejorar rendimientos, pues la variedad es más resistente a enfermedades provocadas por climas extremos.
Hernando Mafla, vicepresidente agrícola de Ecudos (ex La Troncal), dijo que la cosecha interna en 2010 arrojó 2,7 millones de sacos de azúcar. Pero con la reconversión de cultivos espera mejorar la cifra en un 5%.
Ecudos tiene 13 000 hectáreas en el cantón La Troncal, provincia de Cañar.
El ingenio San Carlos, con 24 000 hectáreas, espera mejores resultados. De 3,3 millones de sacos en 2010 prevé obtener 3,7 millones de sacos.
Pero el cambio de variedades no es la única forma para aumentar la producción. Según Isabel Noboa, propietaria de ingenio Valdez, la industria azucarera aplica métodos más amigables con la naturaleza. De tal manera que los químicos no afecten a los rendimientos.
El control biológico de plagas, a través de insectos benéficos, es uno de los aportes, dijo.