Hasta febrero pasado, el sistema bancario registró una liquidez total de USD 7 553,8 millones.
Pero el Directorio del Banco Central (BCE) emitió una regulación para que el sector mantenga en el país el 45% de esa liquidez.
Con las cifras de febrero pasado, ese 45% equivale a USD 3 399,2 millones y que deben ser invertidos en instrumentos de corto plazo en el sector público y privado.
Para cumplir con esta normativa, los bancos tendrán que repatriar USD 406 millones, que hasta el mes pasado tenían en depósitos e inversiones en el exterior, según el BCE (ver cuadro).
El BCE dio como plazo máxi-mo para completar este indicador, más conocido como liquidez doméstica, hasta el 31 de mayo próximo.
Esta medida, según explicó ayer el ministro de la Política Económica, Diego Borja, en la Comisión de lo Tributario de la Asamblea, se dio “ante la salida continua de recursos (al exterior) de cinco bancos”.
Frente a esta salida, añadió, el BCE decidió incluir en el cálculo del 45% la totalidad de recursos que tiene afuera y no solo las reservas mínimas de liquidez.
Borja fue enfático al decir que la mayor parte de bancos privados tiene el 75% de sus reservas en el país y que cinco entidades registran menos del 29%. Además, que este grupo concentra el 81% de las inversiones en el exterior.
Entre estos bancos nombró a Produbanco y Pichincha.
El ministro responsabilizó a Antonio Acosta, presidente de Banco Pichincha, a Abelardo Pachano, del Produbanco, y a los gerentes y propietarios de estos bancos de poner en riesgo la dolarización y la estabilidad del sistema.
Esto lo dijo, ya que la semana anterior Acosta señaló en Radio Democracia que el BCE decidió elevar al 50% la necesidad de tener aquí sus reservas. Esto fue calificado por Borja como “mentiras” y anuncios de “mala fe”.
El problema de fondo para Fernando Pozo, gerente de Banco Pichincha, es que al traer la plata e invertir aquí, se corre el riesgo de que el BCE pida al sector que deje más plata en sus cuentas y en un momento dado no exista una garantía de que se devuelva a los depositantes.
Este temor se debe a que en este momento se debate una reforma a la Ley de Régimen Monetario, que plantea la eliminación de los cuatro sistemas que conforman el balance del BCE y que son respaldados por la Reserva de Libre Disponibilidad.
La situación de estos sistemas no ha sido publicada por el BCE, desde diciembre del 2008. Esto hace que para la banca no exista claridad de si hay o no la suficiente liquidez, para que el BCE responda por sus obligaciones.
Un segundo factor que preocupa al sector es que la demanda de crédito productivo ha caído y esto dificulta la colocación de esta liquidez que debe retornar al país.
Los empresarios, según explica Pozo, lo que están haciendo es renovar su capital de trabajo para mantener su actividad, pero muy pocos aumentan la inversión.
Incluso, agrega que la misma banca pública que recibió a fines de noviembre recursos frescos de la reserva monetaria no ha podido colocarlos totalmente (ver nota adjunta).
El ex superintendente Alfredo Vergara corrobora esto con cifras. A diciembre del 2009, los depósitos totalizaron USD 14 677 millones y los créditos llegaron a 13 233 millones. Es decir, hubo un exceso de liquidez de USD 1 444 millones, que no se prestó.
Pero, agrega, que si en verdad se quiere dinamizar la inversión en industrias, comercio, vivienda y microcrédito; entonces lo que se debe hacer es reactivar el proceso de bancarización, que fue suspendido a fines del 2008.
Y de esta forma volver a incorporar los 380 000 clientes que fueron expulsados del sistema bancario el año pasado.