La UE inyecta 109 000 millones a Grecia para salvarla del "default"

Los 17 jefes de Estado y de gobierno de la eurozona alcanzaron hoy un acuerdo para suavizar las condiciones del préstamo que el bloque y el Fondo Monetario Internacional (FMI) dieron a Grecia y aprobaron, junto al organismo multilateral, 109 000 millones de euros para un segundo rescate a Atenas, con una participación máxima de 50 000 millones adicionales de la banca privada.

De esos 50 000 millones, un tramo de 37 000 serán de participación voluntaria, según explicaron fuentes comunitarias.

El acuerdo prevé nuevos créditos de la UE y del FMI, con la participación "voluntaria" del sector privado, que deberá aceptar un aplazamiento del pago de los bonos griegos. La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, estuvo presente en Bruselas para cerrar los detalles del acuerdo.

La fórmula adoptada este jueves es del todo inédita desde la creación del euro, en 1999 (con la introducción de billetes y monedas en 2002), pues es la primera vez que la UE, y sobre todo el Banco Central Europeo (BCE), aceptan un "impago selectivo" de un socio de la moneda única, aunque dure "apenas unos días o semanas", según comentó el ministro holandés de Finanzas, Jan Kees de Jager. Otro de los acuerdos alcanzados prevé flexibilizar el fondo de rescate al euro (FEEF), dotado con 750 000 millones de euros.

Ese instrumento podrá conceder "créditos preventivos" y recapitalizar a los bancos de socios de la eurozona que tengan dificultades, aunque no hayan sido rescatados, como Grecia, Irlanda o Portugal. No obstante, esta medida requiere más tiempo, pues implica cambios legislativos sustanciales en el Tratado de Lisboa.

"Lo que vamos a hacer por Grecia, no lo haremos por ningún otro país de la eurozona", subrayó el presidente galo, Nicolas Sarkozy, en referencia a Lisboa y Dublín. El presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, confirmaron ese mismo extremo en la rueda de prensa final del eurogrupo extraordinario.

El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, habló de "acuerdo fuerte, concreto, preciso, que debe transmitir confianza y credibilidad y, ante todo, permitir a los países de la zona euro tener expectativas para la recuperación económica" La canciller alemana, Angela Merkel, también se mostró satisfecha con los resultados de la cumbre. "Hoy alcanzamos una importante etapa".

En medio de estos "difíciles tiempos" la eurozona mostró que es capaz de actuar, consideró. Y añadió: "Estamos a la altura de estos retos".

El acuerdo, comentó el primer ministro heleno, Giorgos Papandreu, "aliviará la carga" de los esfuerzos que debe hacer el país para reducir su déficit público desbocado y salir de la zona de riesgo, evitando una quiebra que hasta este mismo jueves parecía inevitable.

"El pueblo griego es un pueblo orgulloso, trabajador, creativo, que lo único que pide es tener derecho a realizar profundos cambios...para crear una sociedad justa", comentó, en referencia a los duros ajustes que llevará a cabo el país, entre ellos recortes de sueldos a funcionarios, y un paquete de privatizaciones por al menos 50 000 millones de euros. Van Rompuy también expresó su satisfacción.

"La situación era grave...teníamos que actuar rápidamente para que el peligro (en torno a la crisis de endeudamiento helena) no se convirtiera en sistémica..ha sido como una brigada anti-incendios", comentó.

"Hemos frenado el contagio" (a otros socios) agregó el belga. Durao Barroso aseguró que se trata de un "paquete sólido" para apuntalar al euro. Ante uno de los mayores temores de la UE, que las agencias de rating califiquen el nuevo plan para Grecia como "default" (impago selectivo), fuentes comunitarias explicaron que los socios de la eurozona garantizarán temporalmente los bonos griegos para que el Banco Central Europeo (BCE) siga inyectando liquidez en el sistema financiero heleno y se evite una quiebra.

Previamente, los líderes de la eurozona descartaron aplicar una tasa bancaria -propuesta por Francia- para financiar el segundo rescate de Grecia, que salve, por segunda vez en poco más de un año, de la bancarrota al país mediterráneo, socio de la UE desde 1981. Se trataba de aflojar en unos puntos el cinturón que aprieta a la nación helena, ante la posibilidad de que no pueda devolver ni el primer rescate, por 110.000 millones de euros aprobado en 2010, ni este segundo bote de emergencia.

Para suerte de Grecia, se ampliarán los plazos y se bajarán los tipos de los créditos a Atenas. Además de un nuevo "plan Marshall" para Grecia, como ha sido calificado por la prensa belga este jueves, que ayude al país a salir del marasmo, se contempla que los tipos aplicables a los préstamos a Grecia se bajen hasta el 3,5 por ciento y que los plazos de devolución pasen de 7,5 a 15 años, al menos, y que puedan llegar a 30 años, con un período de carencia de 10 años. La novedad es que esa relación de las condiciones del préstamo podrían también beneficiar a los otros dos socios rescatados: Irlanda y Portugal.

Aunque en el último eurogrupo hubo luz verde inicial a una rebaja de los tipos para los créditos a Lisboa y Atenas (que pasó al 4,2 por ciento y el vencimiento a 7,5 años), Irlanda se había quedado marginada de ese beneficio, dado que París y Berlín exigían a Dublín que bajara su inusualmente bajo impuesto de sociedades, elemento que da al ex "tigre celta" una clara ventaja competitiva.

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