Cerca de las 16:00 de este miércoles, el máximo ejecutivo de Maxigraf, Robert Andrade, anunció a sus empleados que había renunciado y que solo trabajaba hasta ayer miércoles.
La información confundió inicialmente a los trabajadores, quienes estaban a la espera de sus liquidaciones, tras un proceso de compra obligatoria de renuncias en la empresa incautada por el Estado. Minutos después se tomaron la planta ubicada en el km 2 de la avenida Carlos Julio Arosemena, noroeste de Guayaquil.
Hasta las 18:00, Robert Andrade no podía salir de la empresa en medio de la protesta.
En un ambiente de malestar, los empleados denunciaban una serie de irregularidades en el manejo de la empresa, la cual fue incautada en el 2008.
Linda Santana, por ejemplo, cuestionó que la empresa no haya sido productiva desde diciembre del año pasado, por falta de materia prima. “Suspendieron las importaciones de papel y otros productos aun cuando la administración hizo préstamos a través del fideicomiso”, indicó Santana, quien el lunes pasado fue forzada a firmar su renuncia a cambio de USD 2 000 por 10 años de labores en el área de producción.
Maxigraf es una de las empresas incautadas al grupo Isaías, ex dueños de Filanbanco.
Un grupo de policías llegó al sitio y se ubicó en los exteriores de la empresa, mientras un centenar de trabajadores vigilaba las puertas de acceso a la planta.
El ingreso permanecía cerrado y con carteles de protesta. Similares medidas se toman en la planta de Durán y Quito.
Según registros de la Superintendencia de Compañías, Maxigraf fue constituida el 23 de diciembre de 1998 y actualmente cuenta con un capital suscrito por un millón de dólares.