El Ecuador aún está rezagado en adoptar una Ley de Competencias. ¿Cuál es el beneficio de tenerla?
El efecto es el desarrollo de una cultura de competencia. En nuestros países, a los empresarios se les hace muy común sentarse a convenir el precio que van a cobrar por sus productos. En EE.UU. un estudiante de secundaria sabe que concertar precios es ilegal.La Ley ayuda a pasar de un partido donde los equipos se ponen de acuerdo para manejar los resultados a un partido con competencia auténtica, donde se sale a ganar. Y eso cambia la cultura empresarial. Una vez que la gente entiende que los precios no se fijan en el gremio, entonces las empresas deben competir, ganando preferencias de los consumidores. Todo mejora.
¿Y cuando es el Estado quien pone barreras para la libre competencia?
El Ecuador, por ejemplo, podría decir que cuando la Selección Ecuatoriana de Fútbol juegue contra otro equipo, la visita solo podrá hacerla con nueve jugadores. Ecuador va a ganar todos los partidos, pero cuando vaya al Mundial va a perderlos todos.
Si el Estado crea barreras de entrada a los competidores, se acaba la disciplina de la empresa. Cuando hay competencia, las empresas se exigen y mejoran. El Estado debe tener claro que no puede poner obstáculos a la competencia y que tampoco puede repartir los mercados como quiera.
¿Hasta dónde el Estado debe proteger a la industria?
La protección de las industrias debe verse con mucha sospecha. Las empresas deben enfrentar las circunstancias difíciles con sus propias facultades. Siempre vemos el lado malo de las crisis. Muchas veces las quiebras son parte del proceso de cambio. Por tanto, la intervención del Estado debe ser muy marginal, muy particular. Porque la ineficiencia de las industrias.
¿Y cuán efectivos son los monopolios públicos?
La solución a los monopolios públicos es acabar con ellos. El Estado debe fomentar la competencia. Los monopolios son muy malos pero son peores los estatales.
Por lo que Ud. señala, dar la espalda a los Tratados de Libre Comercio (TLC) es casi, casi, un suicidio…
En términos futbolísticos, eso es como crear su propia Federación y no querer ir al Mundial. La gente cree que los TLC son un peligro por la llegada de empresas extranjeras, pero solo así es posible mejorar el estándar de competición. Todos ganan con la firma de un TLC, unos más que otros. Y, además, es verdad que algunas empresas o sectores pueden perder, pero precisamente eso sirve para que se reformulen.
Ese concepto no tiene mucho eco en la región…
Como en los negocios, las países sin palabra no son confiables. Hay que respetar los acuerdos. En Perú, por ejemplo, nadie duda que la inversión es la única forma de salir de la pobreza. Tenemos que atraer inversiones, estas no son malas. Para eso están los marcos regulatorios, para que las reglas sean claras, que haya canchas parejas. Ese es el rol del Estado.