Poco a poco, las empresas que comercializan televisores en el país deben adecuar su oferta para enfrentar lo que se les viene: el arranque de la televisión digital en el 2016. Para ese año, los aparatos deberán incorporar la plataforma japonesa brasileña Isdbt, que adoptó el Gobierno.
Por esa razón, compañías como Sony, Samsung o LG y productoras y comercializadoras de televisores se han adelantado al proceso e incluyen en sus escaparates artefactos de última generación. Hoy es común ver equipos con pantallas LED, LCD, plasmas, con acceso a Internet, imágenes en tercera dimensión (3D), etc.
Y este avance tecnológico se ha transformado en un parámetro importante para los hogares a la hora de cambiar de equipos. A esto se añade el tema del precio, que aún es algo que pesa a la hora de adquirir un televisor.
Hace tres décadas, el promedio de rotación de un equipo en los hogares era de 20 años. Actualmente, según estudios de las empresas comercializadoras, se cambian entre tres y 10 años.
En cuanto al precio, Walter Zumba, gerente de producto de Samsung, explicó que en los clientes que adquieren un televisor cuyo valor es inferior a USD 1 000, el recambio fluctúa entre tres y cinco años. Mientras que si el valor del aparato supera los USD 1 500, su utilización se extiende de siete a 10 años.
Y sobre las preferencias de los clientes en los adelantos tecnológicos, es una tendencia que cada vez crece más. Jaime Simo, subdirector de Marketing de LG, explicó que las personas ya no solo buscan la mejor imagen o el televisor más grande, “sino que además les permita tener conectividad”.
Eso llevó a Luis Campaña, un ingeniero comercial de 25 años y soltero, a adquirir un televisor de 42 pulgadas. Dedicó dos meses, en sus tiempos libres, a buscar y comparar las mejores ofertas. Finalmente le convenció este aparato con acceso a Internet, imágenes en 3D, pantalla LCD, porque su gusto era demás, disponer todos los servicios (Internet, televisión y juegos) en uno solo.
Un dependiente del almacén TodoHogar, en el Quicentro Sur, aseguró que las personas que más adquieren los televisores de última tecnología son los jóvenes.
Daniel Andrade, un trabajador de una empresa que elabora esencias de perfumes, a sus 20 años se compró un televisor de 42 pulgadas y pantalla LCD. Una de sus aficiones son los juegos electrónicos. “Con esta pantalla parece que estoy dentro del televisor”.
Rodolfo Moreira, gerente de producto de Bravia, aseguró que la masificación de esa tendencia se ve reflejada en que las importaciones de estos equipos aumentan cada año y la obsolescencia de equipos básicos aumenta. “El cambio de televisores analógicos a los de pantalla plana crece a un 50% anual. Así se demuestra cómo el mercado demanda estos equipos y cómo, a medida que se innova tecnología, los usuarios buscan renovar sus equipos”.
En los hogares tradicionales, el cambio de televisión avanza lentamente. Patricio Chávez, un padre de familia que trabaja en una empresa privada, posee un televisor de 29 pulgadas pantalla plana. Para él, aún no es indispensable obtener un televisor con mejores características.
En el país, la oferta se extiende desde televisores analógicos hasta los que receptan una señal digital, que le permiten al usuario ver más de tres canales a la vez. Los valores fluctúan entre USD 250 y más de USD 5 000, según el modelo y las características.
Andrés Mata, director Ejecutivo de la Asociación de Importadores de Electrodomésticos, también confirmó que la demanda de televisores de alta tecnología en el país es sostenida y con una proyección al alza para este 2012.
Todo esto pese a las restricciones de importaciones de este producto determinadas por el Gobierno en el 2010 y por los cupos de importación que se manejaron en el 2011. “Se provocó una leve caída en las importaciones, aunque el impacto no se tradujo en mayores precios”.
Y todo este anillo positivo para las comercializadoras se cierra con la gran liquidez que existe en la economía. Eso ha flexibilizado las condiciones de crédito, tanto de las instituciones financieras como de las casas comerciales.
Para los vendedores de las tiendas, las facilidades son un punto a favor de los consumidores, pues no necesitan muchos requisitos para adquirir televisores de más de USD 1 000. Basta que tengan el rol de pagos de la empresa en la que trabajan y tener estabilidad laboral de más de un año.
En cuanto a las tarjetas de crédito, la flexibilidad es mayor, ya que solo requiere disponer de un cupo aceptable. No por nada, el año pasado los ecuatorianos consumieron USD 7 000 millones con estos medios de pago.
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Algunos ‘tips’
Un televisor LCD dispone de una pantalla de cristal líquido y tiene un filtro que permite que al observar las imágenes la vista no se agote. Es más delgado y consume menos espacio dentro de la casa.
En cuanto a los televisores con pantalla LED, consumen alrededor del 40% menos de energía que un LCD y tienen mayor contraste y definición de la pantalla. Además son más económicos que un LCD.
Los equipos HD son de alta definición. Se puede ver imágenes con mayor resolución, además de diferenciar mejor los colores y escuchar un sonido más puro que el de los aparatos tradicionales.
Últimamente han proliferado los televisores con tecnología 3D. En estos, los usuarios pueden observar las imágenes en tercera dimensión. Se necesitan unas gafas especiales.
Un plasma es un televisor con pantalla plana. Su tecnología presenta imágenes nítidas y coloridas, pero que pueden cansar la visión del usuario si pasa más de seis horas frente al televisor.
El acceso a Internet, a través de los televisores, se logra vía conexión inalámbrica o Wi-fi. El usuario puede realizar videollamadas, acceso a las redes sociales o a los buscadores de Internet.
Las terminales USB permiten al usuario insertar dispositivos de memoria para escuchar música o mirar fotografías que se ajustan a la pantalla del televisor.