A los cuyes se los acostumbra al ruido, desde que nacen. Así, durante su desarrollo, existe menos riesgo de que mueran por estrés.
Alexandra Coronel, técnica del proyecto Cadena Productiva del Cuy, del Municipio de Santo Domingo, dice que se colocan altoparlantes en las granjas. Luego se reproduce música, siempre en el mismo nivel de sonido. “Así controlamos que no se asusten”.
Los 840 cuyes reproductores que viven en la granja del proyecto ya no se incomodan con la presencia de desconocidos o el paso de autos. Desde el 2011 se los cría en un galpón, en el km 4 1/2 de la vía Santo Domingo – Chone.
Dos operarios se encargan de mantener la música las 24 horas del día. “Los cuyes son animales rústicos, pero si se tensionan se les bajan las defensas. Si bien tradicionalmente se han criado en la Sierra, ahora también podemos mantenerlos en la Costa, con estrategias nuevas”, señala Coronel.
Para aprenderlas, un grupo de técnicos viajó a Perú, en abril del año pasado. Ahí conocieron los proyectos cuyeros de las empresas Machu Picchu y Pacchacuy, en climas parecidos al de la provincia tsáchila. Es decir, húmedo tropical con una temperatura promedio de 22°.
Según Agrocalidad, hay dos proyectos de cuyes en la región, el del Municipio y otro de la Prefectura. Juan Carlos Giraldo, catedrático de la Universidad Tecnológica Equinoccial, asegura que no se ha invertido en proyectos con el cuy, porque no hay la costumbre de consumirlos en la Costa y que primero haría falta un proceso de asimilación del producto en la comunidad.
Pero Santo Domingo es un caso particular, porque acoge a gran cantidad de emigrantes de la Sierra: cuencanos, lojanos, ambateños y bolivarenses.
Ahora hay 80 productores que se dedican al engorde y reproducción del roedor. Ellos compran cada mes al Municipio los cuyes.
El Concejo Municipal incluso aprobó una ordenanza, que se establece el procedimiento para la venta de productos, generados en iniciativas del Municipio. “De esta forma garantizamos la calidad de los animales”, señaló Coronel.
Los productores deben tener un espacio similar a la granja, para recibir el asesoramiento. Es decir, un techo con doble cubierta de zinc y tela de saquillo.
Este debe ser ubicado de forma estratégica. De este a oeste para evitar que los rayos solares no penetren y se produzca pérdida de peso en los animales por el esfuerzo que realizan para protegerse. La temperatura debe mantenerse entre 18 y 24°.
Por lo general, los productores tienen las granjas en cada casa. Magdalena Paredes, de 40 años, es una de ellas. Tiene 200 cuyes en el patio de su vivienda. “Inicié con cinco hembras y un macho. Me capacité y empecé a reproducirlos desde hace un año”.
La Prefectura, en cambio, ensayó un nuevo modelo con los productores. Entregan una cantidad determinada de cuyes y luego de cuatro meses, cuando han logrado tener crías, deben devolver el número de animales prestados. Igual un crédito, sin intereses.
Así, los cuyes pueden prestarse a más productores. Los galpones principales del proyecto están en el recinto Las Mercedes, en el kilómetro 24 de la vía Santo Domingo – Los Bancos. Allí, 13 personas conformaron la Asociación Merceditas Cuy. Las primeras actividades del proyecto, a finales del 2010, fueron capacitaciones sobre la crianza.
Según Rodrigo García, director del proyecto de cuyes de la Prefectura, en la primera experiencia solo sobrevivieron 15 cuyes, de 46 que se entregaron.
Los técnicos detectaron que el problema era que el pasto que consumían estaba mojado y el balanceado no era el correcto.
Los productores emprendieron nuevamente el proyecto en enero. Eso los motivó a construir el paradero turístico Merceditas Cuy. En la actualidad venden entre 300 y 600 platos de cuyes asados los fines de semana y feriados. El precio de cada platillo es USD 3.
Los productores del Municipio, en cambio, se han dedicado al engorde para venderlos en tres restaurantes de la ciudad tsáchila. Además, el animal cocido a la brasa se comercializa en restaurantes de Ambato y en Cuenca. “Cada mes enviamos entre 20 y 50 cuyes a la Sierra”, aseguró Paredes.
Según Coronel, el secreto para que el producto tenga acogida es el sabor de la carne, que se logra por medio de la alimentación.
El 75% se basa en el forraje de maíz y el 25% restante es balanceado (maíz molido, pasta de soya, afrecho de trigo, vitaminas).
Se busca, a mediano plazo, que Santo Domingo se convierta en la puerta de ingreso del producto a la Costa ecuatoriana.
El desarrollo
Desde el 2010 se han realizado 20 conferencias y talleres sobre la crianza y adaptación de los cuyes en Santo Domingo.
El Municipio organizó un congreso de cuy con expositores peruanos y bolivianos.
El sábado 17 de noviembre se realizó el Festival Gastronómico del Cuy, en el Recinto Ferial. Participaron 5 restaurantes y se vendieron 360 platos de USD 20.
Los interesados en ser productores de cuyes pueden acercarse a la Dirección Económica del Municipio.
La clasificación de los cuyes en Santo Domingo, según la raza
RAZA PERÚ
Es una raza con desarrollo muscular marcado. De pelaje corto y lacio de color rojo o combinado con blanco. La fertilidad promedio es de 95%. El período de gestación es cada 68 días. Tiene un promedio de dos crías por parto. Cada nueve semanas se puede vender.
RAZA ANDINA
Es de pelaje blanco en un 100%, corto y pegado al cuerpo. Se adapta con facilidad a la Sierra, Costa y Amazonía. El período de gestación de una hembra es de 67 días e inmediatamente del parto pueden volver a concebir. El número de crías es de tres en cada parto.
RAZA INTI
Esta especie, que es una mezcla de las razas Perú y Andina, todavía no tiene parámetros productivos definidos. Sin embargo, es de fácil adaptación a los diferentes ecosistemas climáticos. Es utilizado con fines cárnicos y en menor cantidad para reproductivos.