Rusia entró ayer en la Organización Mundial de Comercio (OMC), poniendo fin a 18 años de arduas negociaciones, bloqueadas en los últimos tres años por Georgia a causa del diferendo fronterizo entre los dos países.
“Hemos concluido oficialmente 18 años de negociación, lo que demuestra que hay que ser paciente en esta organización”, dijo a la prensa el director de la organización, Pascal Lamy, que reconoció que han sido las tratativas más largas para la admisión de un país a la OMC, el guardián del comercio mundial.
Las de China, que entró en la organización en 2001, duraron 15 años. “Rusia traspasó el umbral de la OMC”, dijo Lamy, antes de recordar que con este nuevo miembro, que hace el número 154, la OMC cubrirá el 98% del comercio mundial, contra el 94% hasta ahora.
Por su parte, el negociador jefe ruso, Maxim Medvedkov, reconoció que cuando Rusia entregó en 1993 su demanda de adhesión, “no estaba bien” . “Hoy la situación es mejor”, agregó antes de recordar que un tercio del Producto Interno Bruto del país depende del comercio.
Otros países de la antigua Unión Soviética están negociando también su adhesión a la OMC, como Uzbekistán (desde 1994), Belarús (1993) o Kazajastán (1996) , y según Medvedkov, la adhesión de Rusia debería “ acelerar el proceso” .
El presidente estadounidense Barack Obama se congratuló por el anuncio, y dijo que la próxima incorporación rusa será positiva para el empleo en EE.UU., pues reducirá los derechos de aduana y mejorará el acceso al mercado de servicios.
Para entrar en la OMC, Rusia aceptó limitar sus subvenciones agrícolas a USD 9 000 millones en el 2012, y reducirlas progresivamente hasta el 2018 a 4 400 millones. En telecomunicaciones, Rusia aceptó suprimir en el plazo de cuatro años el techo de 49% máximo de capitales extranjeros tras su adhesión efectiva a la organización.
En el campo bancario, los bancos extranjeros podrán abrir libremente filiales en Rusia, pero no podrán representar más del 50% del sistema bancario suizo.
Asimismo, las importaciones de alcohol y productos farmaceuticos no necesitarán licencias de importación.