Dos inauguraciones con sabor agridulce presenció el presidente Rafael Correa la semana pasada. Y al menos dos más con el mismo sabor deberá enfrentar durante el resto del presente año.
El pasado 30 de abril, el Mandatario estrenó la pequeña central hidroeléctrica Ocaña, de 26 megavatios (MW) de potencia, pero que tomó cuatro años.
El proyecto se planificó en 1996, pero se puso la primera piedra en abril del 2008.
En aquel tiempo se esperaba que entrara en operación en abril del 2010, momento que resultó crucial para el país porque acababa de sufrir apagones por falta de oferta de energía eléctrica.
No obstante, el proyecto entró en operación dos años más tarde.
Un día después de la inauguración de Ocaña, Correa tenía todo listo para inaugurar, con retraso, la segunda etapa de la central Jivino, con motores termoeléctricos que suman 40 MW de potencia.
Fue adjudicado en marzo del 2011 por la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec) al Consorcio de Generación Ecuador. La instalación debía tomar 10 meses para que entre a operar en diciembre del año pasado. La inversión fue de USD 65 millones.
Y no fue por ello que Correa mostró su indignación en su cadena del sábado pasado, sino porque junto a la nueva planta de Jivino permanecían sin funcionar dos grupos de motores termoeléctricos, con una potencia de 13 MW, llamados Jivino 1 y Jivino 2, que él inauguró en el 2009.
Según técnicos cercanos al proyecto, estas turbinas funcionaban con jetfuel (combustible para avión) de alta refinación. No obstante, se utilizó un combustible de menor calidad y sin filtros adecuados. El resultado: los motores llevan más de un año sin operar.
Pero además del combustible, Correa señaló en su enlace d el sábado pasado, que uno de los motores estaba parado por falta de repuestos que no se importaron.
“Una planta nueva sin funcionar. ¿Creen que voy a ser un farsante? Me retiré y no inauguré la nueva planta”, dijo. Y añadió: “Le dije (al ministro de Electricidad): ‘Esteban (Albornoz), si no fueras tú, te pediría la renuncia, porque esto no puede pasar”.
Y si el Presidente tenía previsto inaugurar dos nuevas centrales de generación para junio —como tenía planificado el Ministerio de Electricidad— todo apunta a que tendrá que postergarlo.
Se trata del proyecto eólico (generación de energía con la fuerza del viento) Villonaco, en Loja, a cargo de la compañía china Goldwind, con un costo de USD 41,8 millones y una potencia de 16,5 MW. Este debía entrar en junio del 2009 pero su operación se postergó para junio de este año.
Sin embargo, por problemas geológicos encontrados en el terreno donde se levantarán los aerogeneradores, el proyecto se inaugurará no antes de diciembre, según fuentes del Gobierno que pidieron la reserva.
Las mismas fuentes revelaron que una suerte similar corre el Proyecto Multipropósito Baba.
Este, además de contar con una potencia de 32 MW, tiene como objetivo subir la capacidad de almacenamiento de agua en el embalse de la Hidroeléctrica Daule-Peripa. El proyecto, que ya tenía un retraso de 32 meses, debía ingresar a operación en junio próximo, pero por incumplimientos de los contratistas, según técnicos cercanos al proyecto, deberá esperar un par de meses más.
Este Diario buscó durante dos semanas la versión del ministro de Electricidad, Esteban Albornoz, pero no tuvo respuesta.
Infografìa: Los principales proyectos eléctricos en Ecuador. Archivo PDF 450 Kb.