La zona euro decidió el viernes ampliar el papel de su futuro fondo de ayuda, el MEDE, pero las incertidumbres no se han hecho esperar: Finlandia se opone a que compre deuda de los países en dificultades en los mercados secundarios y su entrada en vigor ha sido aplazada, lo que ha hecho subir la prima de riesgo de España.
La posibilidad de que el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) recapitalice directamente a los bancos, como acordado en la cumbre de la zona euro el viernes pasado, está jalonada de interrogantes.
El primer ministro finlandés, Jyrki Katainen, echó un jarro de agua fría el lunes al anunciar que su país, al igual que Holanda, impedirá que el MEDE compre títulos de deuda de los países en dificultades en el mercado secundario.
“En el futuro, se necesita la uninamidad para decidir tales compras y parece que esta unanimidad no va a ser posible debido a la oposición holandesa y finlandesa”, dice un informe presentado en el Parlamento por el primer ministro, en el que da cuenta de lo ocurrido en la cumbre del 28 y 29 de junio pasado en Bruselas.
El comunicado final de la cumbre indica, sin entrar en detalles, que el Banco Central Europeo había dado su acuerdo para servir de agente del fondo de ayuda para “conducir operaciones en el mercado de manera eficaz”.
Una intervención en los mercados de la deuda responde sobre todo a una demanda de Italia para hacer bajar la presión de los tipos de interés de la deuda.
“No se ha decidido nada por el momento, ya sea una intervención en el mercado primario o secundario” y es “prematuro entrar en detalles”, dijo el portavoz de la Comisión Europea, Simon O’Connor, interrogado sobre la posición finlandesa.
Sin embargo, recordó que si la unanimidad se aplica como regla general, un acuerdo de un grupo de países que representen el 85% del capital del MEDE bastaría “cuando se necesita una decisión urgente para preservar la estabilidad de la zona euro”. Y Finlandia y Holanda juntos representan menos del 15% del capital.
O’Connor recordó que en caso de recapitalización directa de los bancos por el MEDE es necesaria la unanimidad. Esta posibilidad, aprobada el viernes, responde a una demanda de España, que quiere evitar que el plan de ayuda a sus bancos aumente su deuda pública al punto de hacerla insostenible.
En cualquier caso, la incertidumbre ha vuelto a los mercados. La prima de riesgo de España -diferencia que paga con respecto a los bonos alemanes a 10 años- volvía a subir este lunes a 485,84 puntos y los tipos de interés a 6,38% después de una fuerte caída el viernes.
Las conclusiones de la cumbre recuerdan que una intervención así estará aparejada de “condiciones adecuadas” formalizadas en un programa o memorando. Dichas conclusiones “no aclaran lo que significan las condiciones adecuadas ni cómo determinarlas en la práctica”, dice Janis Emmanouilidis, del think tank European Policy Center.
La recapitalización directa de los bancos “no sólo será posible cuando una supervisión única del sector bancaria esté operativa, y esto llevará tiempo”, dijo Carsten Brzeski, analista del banco ING.
Una cosa parece segura, y es que la recapitalización directa de los bancos “no necesitará un cambio del tratado” que crea el MEDE, dijo O’Connor. Una noticia oportuna dado el retraso que tiene su ratificación.
El MEDE no puede empezar a funcionar hasta que no haya sido ratificado por los Estados que representen el 90% de su capital, es decir, 80.000 millones de euros en un primer momento y 500.000 con el tiempo.
Pero grandes países de la zona euro, como Italia y España, todavía no lo han ratificado, impidiendo su entrada en vigor como previsto el 1 de julio. El presidente alemán, Joachim Gauck, tampoco lo firmará antes de que el Tribunal Constitucional haya dado su visto bueno.
Mientras tanto, es el FEEF, que dispone de unos 200 000 millones de euros, el que proporcionará ayuda a España, antes de que el MEDE tome el relevo en un año más.