Los trabajadores de la imprenta Maxigraf S.A. pasaron la noche en la planta ubicada en el km 2,5 de la Av. Carlos Julio Arosemena, al noroeste de Guayaquil.
La tarde de este miércoles se habían tomado la empresa, ante la renuncia de sus directivos y la falta de claridad en el pago de salarios y liquidaciones de quienes habían firmado renuncias voluntarias, por supuestas presiones del departamento jurídico de la compañía. Cerca de las 21:00, se les permitió la salida de Roberth Andrade, administrador; y otros de sus directivos: Nelly Veintimilla, Tamara Ortiz y Mauricio Moreano.
La mañana de este jueves el panorama era similar. Kirk Martínez, representante del fideicomiso AGD CFN No Más Impunidad (que administra los bienes incautados a favor del Estado) llegó al sitio para tratar de pactar acuerdos con los trabajadores, mientras doce policías resguardaban la puerta de acceso, cerrada con candados.
Martínez manifestó el interés del fideicomiso para que los obreros sigan produciendo. Incluso, se habló de la posibilidad de que los trabajadores asuman la administración, como ha sucedido con otras empresas incautadas.
Pero los manifestantes rechazaron la propuesta, sobre todo porque a falta de materia prima, la empresa está inoperativa desde finales del año anterior. “Esta empresa está quebrada” “Que venga el Presidente Correa a ver lo que nos está pasando”, gritaban.
Según José Menoscal, quien se identificó como Gerente de Comercio Exterior y Litografía, Maxigraf adeuda USD 9 millones a proveedores internacionales de materia prima.
Maxigraf fue incautada a los hermanos Isaías, accionistas del extinto Filanbanco, en 2008. Pasó por dos administraciones privadas, pero desde 2010 asumieron representantes del Estado. La compañía tiene 264 empleados en sus plantas de Guayaquil, Durán y Quito.