Brasil se proyecta en el panorama del Régimen como el tercer financista principal para el desarrollo de centrales de generación eléctrica detrás de China y Rusia.
La nación sudamericana, a través de sus empresas estatales y privadas, está interesada en construir la hidroeléctrica Manduriacu, ampliar la central termoeléctrica Machala Power e instalar el nuevo sistema de transmisión de energía de 500 kilovoltios (kV).
Este paquete de infraestructuras alcanza un valor aproximado de USD 650 millones.
En la línea del modelo chino y ruso, Brasil evalúa otorgar el financiamiento de las obras a través de su Banco de Desarrollo (Bndes). A cambio, el Ecuador contratará de manera directa (sin licitación) el desarrollo de esos proyectos con firmas brasileñas.
Como antecedente, el ministro Coordinador de los Sectores Estratégicos, Jorge Glas, solicitó en agosto el apoyo del Gobierno brasileño para financiar varias centrales de generación.
En respuesta, el ministro de Desarrollo de Brasil, Fernando Damata, envió una carta a Glas con fecha del 16 de septiembre del 2011, en la que indica que serían analizadas la solicitudes.
El proyecto más avanzado del proceso es la central hidroeléctrica Manduriacu, de 60 megavatios (MW) de potencia, equivalente al 2% de la capacidad de generación del país, ubicado en la cuenca del río Guayllabamba.
El gerente de la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec), Eduardo Barredo, dijo que el Bndes presentó en octubre pasado una carta de intensión para financiar la construcción de Manduriacu, cuyo costo se estima en USD 120 millones.
Frente a ello, la Celec invitó el pasado 9 de noviembre a las empresas brasileñas privadas Engevix, Camargo-Corrêa y Odebrecht para que presentasen sus ofertas en los siguientes 20 días.
Hasta finales del mes se espera la presentación de sus ofertas y se espera adjudicar la obra hasta el próximo 20 de diciembre.
Se estima un plazo de construcción de hasta dos años, señaló Barredo, en vista que para el próximo mes estarán listos los estudios definitivos de la central.
Hasta el momento, el Gobierno ha entregado directamente la construcción de centrales hidroeléctricas a compañías estatales de China y Rusia bajo el argumento de que el Estado puede contratar sin licitación con otras empresas públicas internacionales.
Sin embargo, la convocatoria directa de empresas privadas para Manduriacu se sostuvo en el artículo 104 del Reglamento de la Ley de Contratación Pública.
Este determina que las contrataciones de las empresas públicas “relacionadas con el giro específico de sus negocios (…) no estarán sujetas a la normativa de compras públicas”.
Además de Manduriacu, el Régimen negocia con el Gobierno brasileño el financiamiento de la ampliación de la central termoeléctrica Machala Power, que opera con dos turbinas de gas y una potencia de 130 MW.
El proyecto, que tiene un costo de USD 130 millones, incluye la instalación de una tercera turbina de 65 MW que usará gas, y una cuarta turbina de 100 MW que funcionará con vapor de agua.
El plazo de la obra es de un año y medio y se espera iniciar el proceso de contratación con empresas brasileñas en los próximos dos meses. Actualmente, se negocia el financiamiento también con el Gobierno brasileño.
Finalmente, Barredo destacó que la estatal Electrobras está interesada en realizar la línea de transmisión de 500 kV que permitirá evacuar la energía de las centrales Coca-Codo Sinclair y Sopladora hasta Quito y Guayaquil una vez que estén construidas. El proyecto tiene un costo de USD 400 millones.
El consultor energético, Ricardo Buitrón, criticó que la mayoría de proyectos emblemáticos hayan sido adjudicados por el Gobierno al margen de la Ley de Contratación Pública bajo un régimen especial que debería ser excepcional, pero que se ha convertido en la regla general.
Cuestionó también la invitación a la empresa brasileña Odebrecht, luego de que el mismo Gobierno la expulsara acusándola de haber ocasionado perjuicios contra el país en la construcción de la Central San Francisco.
Retraso en la entrega de energía térmica
Contratación
Tres centrales de generación termoeléctrica llevan un retraso de uno a cuatro meses respecto a la programación inicial considerada por la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec).
En marzo, la entidad adjudicó la instalación de 220 megavatios (MW) térmicos en Jivino (Orellana), Santa Elena, y Jaramijó (Manabí) a las firmas Asociación de Generación Ecuador (AGE), Engevix y Equitatis por USD 270 millones.
El plazo de 270 días (8 meses) se cumplirá el próximo mes. Sin embargo, las centrales comenzarán a operar desde enero próximo.
Según el gerente de la Celec, Eduardo Barredo, el problema se dio porque la entidad estatal no otorgó a tiempo los montos de anticipo establecidos para cada contrato.
Ello debido a que demoró la entrega del crédito del Biess, entidad que financió el 60% de la centrales termoeléctricas.
Bajo el nuevo cronograma, la central de 40 MW en Jaramijó comenzará a generar energía en enero del 2012; los 40 MW de Santa Elena ingresarán en febrero; y los 140 MW restantes en abril del próximo año.