Los trabajos de limpieza dentro de las instalaciones de la central hidroeléctrica Ocaña continuaban ayer.
La central de 26 megavatios, ubicada en la parroquia San Antonio, en Cañar, se inauguró hace una semana y dejó de operar debido a un deslizamiento de tierra en la quebrada San Martín, que está sobre una parte del túnel subterráneo de conducción del complejo hidroeléctrico.
Según Elecaustro, tras el percance se levantó información de la situación, topografía y dimensiones del problema, para proceder con las acciones de limpieza del área afectada en la quebrada. Con ello, se espera evitar la entrada de agua y material suelto.
“Luego de la inspección por parte de personal especializado, se ha identificado que existe una afectación puntual en el túnel, con un desprendimiento localizado de material, por efecto externo de origen geológico. Salvo este hecho, la central está en condiciones normales”, dijo la entidad.
Aunque se desconoce el tiempo en el que la central volverá a operar, el director técnico de la constructora Semaica, Mauricio Martínez, informó que eso es incierto. “Hay dos etapas en las que estamos trabajando: regresar el agua a la central y producir energía y, luego, intervenir en la quebrada San Martín para que no pase de nuevo un evento similar”.
El día de su inauguración, el 1 de mayo, el ministro de Electricidad, Esteban Albornoz, aseguraba que la operación de la central permitiría ahorrar al país USD 34,1 millones en combustibles y reducir las emisiones de CO2 en 127 000 toneladas-año.
En cambio, el gerente de Elecaustro, Antonio Borrero, dijo que 300 000 ecuatorianos se beneficiarán con Ocaña.