una razón para preocuparse

El Presidente sostiene que los estadounidenses son bien pragmáticos y diferencian bastante bien la parte diplomática de la comercial, pero la decisión del gobierno de Barack Obama, de suspender indefinidamente el diálogo con Ecuador, muestra que la diplomacia, el comercio y las inversiones van de la mano.

Para el Presidente, el impacto de perder las preferencias arancelarias afectaría 18 000 puestos de trabajo. Pero cuando hacía ‘lobby’ en EE.UU. decía que se estaría afectando a más de 400 000 empleos.

Las preferencias arancelarias con Estados Unidos no tienen futuro. Dos de los cuatro países que tenían estos beneficios (Colombia y Perú) ya firmaron acuerdos comerciales que aseguran la entrada de sus productos al mercado estadounidense. Bolivia quedó al margen de estas preferencias en el 2008 y Ecuador no tiene el suficiente peso para que Estados Unidos decida mantener vigente la Atpdea.

El Gobierno está consciente de eso y sabe que en unos 18 meses será necesario llegar a un acuerdo comercial con EE.UU., con el objetivo de mantener la competitividad de los productos nacionales y las fuentes de empleo.

Con los diálogos bilaterales congelados, y sin acuerdos concretos con otros países, los efectos en el empleo sí son una razón para preocuparse.

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