Punto de vista: ‘El despido es una experiencia de muerte’

Esteban Prado, sicólogo.

Esteban Prado, sicólogo.

El despido tiene un impacto fuerte en las personas y más aún si es intempestivo. Es una experiencia que genera reacciones en “heridas” que alguien tenga. Si la persona tiene una autoestima baja, por ejemplo, se acentúa.

El despido es una experiencia de muerte, por ello se activan los proceso sicológicos que corresponden al duelo: depresión, incapacidad para aceptar la realidad, agresividad frente al entorno e incluso enfermedades físicas. Un tiempo saludable para vivir este duelo laboral son tres meses. Si luego continúa con un mal estado de ánimo está cayendo en un cuadro patológico.

Eventos como el despido son situaciones críticas, que desencadenan el potencial de una persona: o se convierte en un empresario exitoso o se hunde.

Debe existir un tipo de contingencia para las personas despedidas. En el caso de la compra de renuncia obligatoria el despido no debió ser intempestivo. Tuvo que existir un período de preparación. En términos técnicos, así como cuando se contrata se sigue un proceso de selección de personal, se debe informar al trabajador y explicar qué opciones tiene posteriormente.

En una persona que no tiene los recursos emocionales para salir adelante, las situaciones de este tipo llevan, incluso, al suicidio o a las agresiones al empleador.

Es responsabilidad del Estado educar a la gente acerca de cómo manejar el proceso de desvinculación antes, durante y después de que se dé. Pero si bien el acompañamiento es recomendable, este no debe ser paternalista.

La idea de estos procesos es empoderar a la persona, darle herramientas para salir adelante por sí misma y no generar un proceso de victimización.

Hay que trabajar también con las personas que aún están en sus cargos. El temor de ser despedidas en cualquier momento genera en ellas un fuerte estrés y casos de depresión.

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