‘Intifada del pan’. Así bautizó la prensa europea a las protestas, con más de 50 muertos, que han estallado en las últimas semanas en Argelia y Túnez, países del Magreb especialmente afectados por la nueva crisis alimentaria mundial, fruto de un aumento de los precios que ya superó los del colapso del 2008.
Las naciones que más dependen de las importaciones, de hecho, suelen ser los más golpeados por el incremento de los precios de los alimentos. Aunque en el caso de Argelia y Túnez la subida de los precios de los alimentos agudizó crisis latentes, que tienen que ver también con determinadas situaciones políticas, con el alto desempleo y la falta de perspectivas para los jóvenes.Al haberse superado un nivel de precios por encima del 2008, para Concepción Calte, del Departamento de Comercio Internacional y de Mercados de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el mundo se halla en una situación “crítica”, que amenaza la seguridad alimentaria de millones de las personas más vulnerables del mundo. También hay problemas en países como México y Haití.
“Las perspectivas son más complicadas con respecto al 2008 porque se han disparado los precios de muchísimos más productos, por lo que se necesitaría un aumento de la producción en muchos campos. En el 2008, en cambio, las subidas de precios se habían concentrado más bien en cereales y en algunas oleaginosas. Ahora el aumento es más general y es difícil pensar una solución”.
En países exportadores de alimentos, como la Argentina o Ecuador, si, por un lado, se benefician quienes exportan a precios más altos; por otro, se ven afectados los consumidores, que sufren en carne propia un aumento de los valores de los alimentos.
En líneas generales, la FAO recomienda políticas más prudentes, sin intervención para bajar los precios para los consumidores, sino para ayudar a los más pobres vía distribuciones especiales.
¿Qué fue lo que precipitó la nueva crisis alimentaria mundial? Para Ekaterina Krivonos, oficial de Comercio y Mercados de la oficina regional de la FAO para América Latina y el Caribe, se debe principalmente a dos factores: la mayor ocurrencia de fenómenos climáticos extremos -cada vez más frecuentes por el cambio climático- y la creciente importancia de los actores no comerciales (especuladores financieros) en los mercados de productos básicos. Otros factores que pueden producir riesgos son la creciente interdependencia de los mercados de los alimentos y de energía, por los biocombustibles, y los cambios inesperados en políticas nacionales que pueden afectar el suministro global de alimentos.
“La comunidad internacional debe tomar una posición más activa para enfrentar esta crisis”.
El precio de los ‘commodities’ seguirá alto
La Comisión Europea intentó restarle importancia a la crisis alimentaria, al afirmar que las reservas mundiales de granos son mucho más altas que en el 2008, aunque advirtió que la era de los alimentos baratos se acabó.
El portavoz del sector agrícola de la Comisión Europea, Roger Waite, dijo que el índice de precios de los alimentos de la FAO es realizado de acuerdo a la participación en las exportaciones de los países en desarrollo, y que los precios mundiales del trigo, maíz y arroz son significativamente más bajos que sus máximos alcanzados durante el 2008.
“Pensamos que en la Unión Europea (UE) habrá una respuesta de la oferta que permitirá que los precios se calmen un poco en todo caso, incluso después del 2012, cuando los precios vuelvan a niveles más normales, estaremos parados en un escenario distinto. Estamos en un nivel mucho más alto del que teníamos en la primera parte de la década del 2000″, agregó Waite.
Según el Banco Mundial, en el futuro se espera que los mercados de materias primas agrícolas experimenten una mayor volatilidad de precios, bastante independientemente de los fundamentos del mercado agrícola. También espera que los precios de los insumos, como fertilizantes y energéticos, sigan altos.