Ni siquiera el apoyo de los principales banqueros del mundo ni el regocijo del director general del FMI, Dominique Strauss-Kahn, por el paquete de ayuda financiera a Grecia, extendido el pasado domingo, calmaron el nerviosismo en el mercado y la sociedad. Los líderes europeos no estaban tan contentos ayer de que la Eurozona y el Fondo Monetario Internacional acordaran ayudar a Grecia con USD 146 000 millones hasta el 2012, para evitar la suspensión de pagos de su deuda.Grecia está al borde de la insolvencia para enfrentar los pagos que exceden 1,15 veces su Producto Interno Bruto (PIB) de USD 300 000 millones. Además, tiene un déficit fiscal cercano al 14% del PIB, que deberá -según el acuerdo con la UE y el FMI- reducirse en el 2014 al 3% tolerado por la unión monetaria europea. El primer vencimiento grande de deuda soberana griega será el 19 de mayo, cuando se prevé que la UE y el FMI aportarán los USD 8 500 millones necesarios para que Atenas pague los bonos emitidos por el estado hace 10 años.Por ello, Italia acusó a Alemania de haber esperado demasiado para apoyar el mecanismo de ayuda. “Era necesario intervenir enseguida en la ayuda” , declaró el ministro italiano de Relaciones Exteriores, Franco Frattin. Algunos inversores temen que los parlamentos de algunos Estados miembros de la UE se nieguen a ratificar la ayuda. “El FMI puede empezar a entregar el dinero sin la aprobación de los parlamentos de la UE, pero eso no despeja la incertidumbre sobre la cantidad final”, subrayan los análisis de Barclays Capital.Esa incertidumbre, precisamente, presionó nuevamente a un retroceso del euro frente al dólar. Ayer, la moneda europea cerró con una cotización de USD 1,3187 contra USD 1,33 registrado el pasado jueves. Ese nerviosismo también se traduce en las molestias de la sociedad griega. Los sindicatos y la oposición negaron cualquier apoyo al plan de ajuste e intensificaron las críticas al Gobierno. Estos grupos acusan al Primer Ministro, Yorgos Papandreu, de haberse equivocado y haber empujado al país hacia una “recesión profunda y una explosión social”. El sindicato de empleados públicos convocó a una huelga general para hoy y mañana, dada la eliminación de dos sueldos complementarios anuales, al menos hasta el 2013, que impacta de manera directa sobre los bolsillos de los trabajadores. El sindicato decidió un día más de paro en vez de las 24 horas previstas inicialmente. Mañana, la huelga convergerá con el paro general, el tercero contra el plan de ajuste, en el cual también participarán el sindicato del sector privado Gsee y el comunista Pame. La huelga general paralizará el tráfico aéreo, debido a la protesta de los controladores de vuelo, el terrestre -urbano y nacional- el marítimo y también estarán cerrados los hospitales, las escuelas y las oficinas públicas. Lejos de allí, la crisis es vista también con atención. Según el jefe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Moreno, “la mayor cuestión de la crisis griega se puede originar en las implicaciones para Europa en su conjunto y en el euro en particular. Eso podría tener ciertos impactos en cuanto al valor del euro y lo que eso significa ‘vis a vis’ en el comercio con América Latina”. No obstante, aseguró que América Latina está bien aislada de la crisis de deuda de Grecia, aunque sus exportaciones podrían sufrir si el euro continúa a la baja. En las últimas semanas, las monedas de la región han subido, haciendo menos competitivas a las exportaciones de América Latina, aunque los precios de las materias primas han beneficiado a muchos países. “No hay bancos latinoamericanos manteniendo piezas importantes en deuda griega. Pero si esto tiene implicaciones mayores, creo que no solo va a afectar a América Latina, va a afectar a la economía mundial”.