El pasado sábado, el Banco Central capacitó por primera vez a personas sordas sobre la identificación de monedas y billetes falsos.
El curso se realizó en el Museo Numismático, en el centro de Quito. Asistieron unas 20 personas de distintas edades.
Sus rostros y sus manos expresaban alegría y curiosidad al entrar en la sala. Mientras esperaban atentos a que el instructor llegara, buscaban en sus bolsillos monedas y billetes y los observaban con detenimiento. A pesar del silencio, con sus señales mostraban claramente que estaban conversando y recordando las veces que habían tenido un billete falso.
La capacitación estuvo a cargo de Iván Silva, también con deficiencia auditiva y funcionario de la Dirección de Especies Monetarias del Central.
Esta fue la primera vez que dictó una charla. Con señas, y gracias a la ayuda de una intérprete, señaló que estaba muy contento y orgulloso de la oportunidad.
El programa empezó a las 10:30 y la primera tarea que realizaron los asistentes fue memorizar los personajes que aparecen en los billetes. También tenían que observar detalles como el marco, el tamaño de los rostros y el de los números. Después compararon los modelos de 1996 con los del 2003. Luego de unos cinco minutos de observación, ya los distinguían correctamente.
Por ejemplo, los colores de los modelos de 1996 son blanco y negro. Mientras que desde el 2003, aparecieron los billetes celestes, amarillos y verdes.
El curso duró dos horas y al final todos elevaban sus brazos y giraban sus manos en el aire. “Así se aplaude en el lenguaje de los sordos mudos”, explicó la intérprete.
El aprendizaje no concluyó ahí. Recorrieron el Museo Numismático que reseña la historia de la moneda en el Ecuador y en el mundo. Fausto Espinoza, el primer guía sordo del Museo, estuvo a cargo de las explicaciones.
Todos reaccionaban con sonrisas y gestos de asombro a medida que el guía daba las explicaciones. En la cara de varias señoras se veía que estaban recordando lo que alguna vez aprendieron en la escuela. Alzaban la mano sin recelo para preguntar y miraban con mucha atención los objetos.
Se detuvieron varios minutos para ver las hojas de coca, que también habían sido utilizadas para el intercambio de productos. Muchos no podían creer que 700 años Antes de Cristo (A.C.) las monedas eran de plata y oro reales. Señalaban sus collares y aretes para asegurarse que con ese material hacían las monedas.
Este es el único museo del país con un guía sordo. Espinoza empezó clasificando billetes y monedas en las oficinas del Banco Central. Aprendió este oficio gracias a la ayuda de sus compañeros de trabajo. Recuerda que la dolarización implicó un nuevo aprendizaje pero ahora ya lo domina.
En el Central trabajan 23 personas sordas. Su trabajo consiste en identificar los billetes de USD 1, 5, 10 y 20. Además, hay personal especializado para atender a personas con esta discapacidad.
Mónica Valladares era de las más curiosas. “Ha sido un día muy especial porque es la primera vez que vengo a un museo y ha sido muy interesante conocer todo”.
Mientras que Jorge Quiligana asistió con su esposa (ambos sordos) y con sus dos hijos (oyentes). “La charla fue muy clara”.