Pérdidas para familias y daños millonarios en El Coca por erosión

La erosión avanza en las riberas de la cuenca baja del río Coca. El fenómeno se ha llevado estructuras, terrenos y sembríos. Foto: cortesía

En 16 meses, desde que empezó la erosión regresiva del río Coca, la corriente se ha llevado puentes de concreto, parte de vías, diques, espigones, vegetación, rocas y sedimentos.

Estas toneladas de material son arrastradas y provocan más erosión en las márgenes del río Coca aguas abajo, que se une con el Napo y luego llega al Amazonas. Este proceso puede durar años o décadas, explica Carolina Bernal, profesora de la Escuela Politécnica Nacional. En ese lapso de tiempo seguirá afectando a los poblados que están a su paso.

Uno de ellas es Puerto Francisco de Orellana, conocida como El Coca. La localidad tiene 45 000 habitantes y está ubicada entre los ríos Payamino y la confluencia del Napo y el Coca.

La Municipalidad calcula que la afectación por los sedimentos y la erosión supera los USD 140 millones.

Jaime Bedón, director de Riesgos de ese Municipio, explicó que ya se han registrado problemas en barrios y comunidades del cantón. “Esas toneladas de material están llenando el lecho del río, el nivel fluvial va subiendo y la cota de agua va superando los niveles históricos, causando erosión e inundaciones”.

En la zona afectada viven 200 familias de 10 barrios. Ellas han perdido terrenos y sembríos tras ser arrastrados por el río o se ha metido agua a sus casas. Y han perdido su sustento al no poder pescar. “Se han formado brigadas y se han hecho simulacros de evacuación para que la población esté preparada”, dijo Bedón.

En la Facultad de Geología de la Universidad Central se estudia la erosión y sus efectos en la cuenca baja. El lunes pasado se presentaron resultados preliminares que indican que la erosión habría arrastrado hasta 150 millones de metros cúbicos de sedimentos, que llenarían hasta 60 000 piscinas olímpicas o 10 millones de volquetas de 15 metros cúbicos de capacidad. La docente Liliana Troncoso, que coordina el estudio, pide a las autoridades no solo enfocarse en las “afectaciones a la hidroeléctrica” sino en los centenares de familias que lo están perdiendo todo.

Pobladores de El Coca colaboran en la construcción de gaviones para la protección de la ribera. Foto cortesía

Marco Celi, director de Ambiente en la Municipalidad, aseguró que dentro del historial que tiene la institución, desde el 2008, no sufría este tipo de inundaciones. “Hay formación de múltiples islas en la parte central de río, acumulación de sedimentos en el lecho del río”.

Esa acumulación de sedimentos alcanza un metro en el lecho del río, según datos de la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec).

En cuanto a la erosión, en El Coca se han registrado varias afectaciones. Se llevó tres de los cuatro espigones que había en la ribera para protección.

Estas estructuras fueron construidas por el Municipio con apoyo de mingas ciudadanas hace más de 10 años.

Consisten en geocontenedores de 60 por 80 metros rellenos de tierra colorada recubierta de vegetación, señaló Marvin Apolo, expresidente del Barrio Unión y Progreso. Él ha sido testigo del fenómeno y cómo el cauce del afluente se desplaza, ubicándose más cerca de las viviendas, que están ya solo a menos de 20 metros. Antes estaban a unos 300 metros.

Un factor que agravó la situación, según Apolo, fue el hidrolavado efectuado por Petroecuador para limpiar el crudo, tras el derrame generado por la rotura de los oleoductos que también fueron afectados por la erosión del río Coca en el sector de San Rafael, el 7 de abril del 2020.

Los directores de Riesgos y Ambiente coinciden con Apolo en que el hidrolavado debilitó las orillas del río acelerando el proceso erosivo.

Este Diario consultó a Petroecuador sobre estas críticas, pero no hubo respuesta hasta el cierre de la edición.

Otro punto crítico es el puente de la parroquia San Sebastián, que une El Coca con Joya de los Sachas y Lago Agrio. La estructura está severamente lesionada. “En las paredes de las riberas hubo una fuerte erosión que dañó las bases del puente. Allí había muros de gaviones que fueron cediendo y se fueron en el río”, señaló Bedón.

El fenómeno se registró en abril pasado y las primeras semanas de mayo se rellenaron las bases del puente para que el tránsito de los vehículos siga. Este paso ahora funciona unidireccionalmente y por lapsos de tiempo.

El Ministerio de Transporte realiza un estudio de las afectaciones de la estructura para determinar una solución. De avanzar la erosión también estaría en riesgo el Majestuoso Puente del Río Napo, inaugurado en 2012.

El titular de la Cartera, Marcelo Cabrera, dijo que el nivel del río Coca ha subido “considerablemente”, por lo que evalúa posibles soluciones. “Las opciones son elevar el puente o dragar el río. Son decisiones caras, pero que se deberán hacer”.

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