El 2011 no fue un buen año para los papicultores de Carchi. La abundante lluvia, el contrabando del tubérculo desde Colombia y Perú, los precios elevados de los insumos agrícolas y los costos bajos del producto afectaron a los campesinos.
Santiago Bueno, dueño de una finca del cantón Montúfar, cuenta que el costo del quintal de papa bajó gradualmente desde finales del año anterior. “El precio de la papa súper chola, la variedad más apetecida en el mercado, estuvo entre 20, 18, 15, 10 y llegó a venderse hasta en USD 8. Esto nos preocupa mucho porque esos precios no cubren la inversión que hicimos”.
Homero Fuertes, del Centro Agrícola de Tulcán, añade que la variación de precios ha provocado inestabilidad en pequeños y medianos productores. “Hay una deserción de un 50% de agricultores vinculados a esta actividad”.
Antes en la provincia de Carchi había 3 000 hectáreas de papas. Pero hoy se redujo y tan solo se cultivan 2 000. Mientras tanto, los sembríos de pastos superaron las 23 000 hectáreas. Eso quiere decir que muchos agricultores se inclinaron por la ganadería u otros cultivos de ciclo corto.
Fernando Chulde, técnico del Ministerio de Agricultura, Acuacultura, Ganadería y Pesca (Magap-Montúfar), comenta que el 50% de la producción de papa carchense cubre el mercado nacional. Por eso y para impulsar la siembra de la papa, el Magap apoya programas como la entrega de semilla certificada, insumos agroquímicos y asesoramiento.
Un estudio realizado, en noviembre del año pasado, determinó que la producción de papa bajó en un 50% en rendimiento y en un 20% en área sembrada. Eso desembocó en que la oferta disminuyera de 450 000 quintales a 340 000 semanales. Es decir, se cosechan 110 000 quintales menos, según explican en el Centro Agrícola de Montúfar.
Lucía Tarupí, agricultora de La Paz, dice que debió adelantar el cultivo para evitar que la lancha, enfermedad que pudre los frutos, acabara con la producción. “Esta actividad ya no es rentable”.
Wider Villota, productor de San Gabriel, asegura que las papas que se encuentran sembradas en la actualidad están perdiendo su vigor, por lo que se augura poca producción futura.
Eso le sucedió a Segundo Trujillo, campesino de la parroquia La Libertad, que tuvo que adelantar la cosecha. Se lamenta porque la papa no obtuvo el grosor normal y debió venderla a bajo precio, para no perder todo.
“Me vi obligado a cambiar de producto. Ahora siembro fréjol y aunque el clima me afectó, no fue tan dramático como con la papa, porque el grano es resistente”.
En el cantón Montúfar, en Chután Bajo, Segundo Criollo no salvó su sembrío. El clima acabó con las plantas, que apenas empezaban a brotar. El campesino no perdió tiempo y arrancó las plantas. Ahora cultiva cebolla paiteña.
Los agricultores de Tulcán, Bolívar, Huaca y Mira trataron de salvar los productos con revitalizantes y fungicidas. En cambio, en Urbina, los agricultores optaron por la producción orgánica.
Marcia Montenegro cuenta que desde hace dos años siembra sin usar productos químicos.
“En mi finca tengo brócoli, coliflor, acelga, melloco, haba, mora, tomate… Es una ayuda para nosotros porque ya no necesitamos comprar en el mercado”.
Para enfrentar la amenaza de las plagas, Montenegro utiliza un preparado con ají, ortiga, guanto, marco, ceniza… y lo aplica a sus sembríos. La verdad es que las plantas crecen mejor, asegura.
Más control se pide
La entrega de semillas e insumos, que realizó el Magap, se habría concentrado en Montúfar, Mira y Espejo y no en Tulcán, según la denuncia de los campesinos.
Los productores piden a las autoridades que controlen el ingreso ilegal de la papa por la frontera.
El costo real de producción de un quintal de papa es USD 15, según el agrónomo Francisco López.