La llegada de la secretaria de Estado de los Estados Unidos, Hillary Clinton, ha generado expectativas en los exportadores nacionales.
Ellos esperan que en el encuentro con el presidente Rafael Correa se refuerce la necesidad de extender la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas (Atpdea) más allá de un año.
La extensión de las preferencias por un período más amplio es fundamental ya que el 71% de las exportaciones a los Estados Unidos (petroleras y no petroleras) se benefician de esta Ley. “De ampliarse el plazo, los exportadores podrán planificar las inversiones con nuestro principal socio”, señaló Bernardo Traversari, presidente de la Cámara de Comercio Ecuatoriano Americana.
Del total de las exportaciones ecuatorianas en la última década, el 43% fue a los Estados Unidos. Entre los 1280 productos que se venden a ese mercado, los principales son petróleo, flores, camarones, banano y pescado.
El año pasado, sin embargo, las ventas a Estados Unidos representaron el 33% del total.
En este marco, el Gobierno Nacional busca una extensión de las preferencias arancelarias para poder planificar a mediano plazo. Según el ministro de la Producción (e), Mauricio Peña, el objetivo es conseguir una ampliación por cuatro años, tema que será parte de la agenda de la reunión que se llevará a cabo mañana con Hillary Clinton.
Los Estados Unidos conocen desde hace varios meses la propuesta del país. El pasado abril la embajadora de ese país en Ecuador, Heather Hodges, dijo que tuvo acercamientos con autoridades del Gobierno para hablar sobre el tema, pero aclaró que no será fácil porque el asunto está en manos de l Legislativo de su país.
Al momento el Ecuador está a la espera de la respuesta de Estados Unidos sobre la revisión del acuerdo. En diciembre pasado el Legislativo y el Ejecutivo renovaron por un año la Atpdea para los andinos, pero se estableció que se revisaría luego de seis meses.
“Hay tranquilidad y no habrá problemas en la renovación pues estamos cumpliendo los criterios de elegibilidad para el acceso al acuerdo, entre los que están lucha contra el narcotráfico, clima de inversión, etc.”, señaló Traversari.
Sin embargo, existen presiones de parte de empresas estadounidenses como Chevron-Texaco para que no se renueven las preferencias (ver página 2).
Empresarios como Bolívar Cevallos, presidente de la Cámara Nacional de Agricultura, creen que por ahora hay que aprovechar la visita de Clinton, no solo por la Atpdea, sino para hacer nuevas propuestas. Por ejemplo, plantear la posibilidad de que algunos productos industrializados, que no se benefician de la Atpdea, se incluyan entre los que hoy entran con arancel cero.
Entre estos artículos están los elaborados de cacao, confecciones, banano deshidratado, etc.
Para César Monge, presidente de la Cámara Nacional de Acuacultura, seguir pensando en la Atpdea es continuar sosteniéndose en medidas ‘parche’.
El comercio, aletargado
La terminación del contrato de la petrolera estadounidense Occidental (Oxy), con el Estado Ecuatoriano provocó que en el 2006 se suspendieran las negociaciones de un tratado de libre comercio (TLC), entre el país y los Estados Unidos.
A partir de ese año, las relaciones comerciales y económicas entre los dos países han sido intermitentes y el punto de acercamiento ha sido el permanente pedido ecuatoriano de alcanzar una renovación de las preferencias arancelarias (Atpdea).
Cuatro años después, en Ecuador se han dado cambios políticos y constitucionales, que alejan la reanudación de una negociación de un TLC.
Desde la óptica ecuatoriana se piensa en acuerdos de desarrollo y cooperación.
También hay que destacar el impacto del ‘crack’ financiero que vivió EE.UU. entre el 2008 y el 2009. Debido a esa crisis, la balanza comercial entre ambos países asimiló el efecto y las exportaciones ecuatorianas cayeron en USD 3 774 millones.