Entrevista del día. Roberto Mosquera. Catedrático
Los primeros resultados del Censo Económico del 2010 señalan que más del 90% de las ventas a nivel nacional se concentra en tan solo 5 111 empresas. ¿Es sorpresiva esa conclusión?
Eso no es sorpresivo. La economía ecuatoriana ya ha mostrado desde hace algunos años señales de alta concentración. Si uno analiza las cifras del crédito en el sistema financiero, por ejemplo, ya se ve esa concentración. Por eso creo que el hecho de que haya concentración sí es preocupante.
¿Se puede inferir que ese grado de concentración y monopolización es mayor ahora que hace 30 años, cuando se realizó el anterior Censo Económico?
La teoría económica básica indica que cuando la competencia perfecta del supuesto clásico de los economistas se ha roto, hay tendencia a que los niveles de concentración vayan en aumento. En ese sentido, con relación al pasado, y ante la evidencia de que no se ha hecho mucho para evitar esa concentración, ese nivel debe haber aumentado estos años.
¿Por qué es preocupante que una economía sea hiperconcentrada e hipermonopólica, como concluyen la Secretaría Nacional de Planificación (Senplades) y el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC)?
Porque eso es una señal muy fuerte de que no hay competencia en el mercado nacional. Y es preocupante porque en un mercado donde no existe competencia se creará una estructura de precios mucho más alta. Entonces, posiblemente, los precios que nosotros estamos viviendo en el día a día son más altos que lo que tendríamos en un ambiente de competencia.
¿Cuál debe ser el óptimo de concentración para un país?
El óptimo sería que no exista concentración. Sin embargo, la competencia perfecta no existe en la vida real. Entonces, lo recomendable es que se trate de lograr los menores niveles de concentración posibles.
¿Qué impactos acarrea una economía muy concentrada?
Primero, que las empresas que tienen poder de fijación de precios van a delimitar valores consistentemente más altos que si tuvieran competencia.
Segundo, como las empresas no tienen incentivos para competir, tampoco innovarán. Se acostumbran a tener resultados sin avanzar, sin abrir nuevos merados ni desarrollar productos. Eso perjudica el crecimiento económico de un país en el largo plazo.
Pero en los últimos años ha existido mucho apoyo, desde diferentes frentes, al emprendimiento, a la generación de nuevas empresas. Entonces, parece contradictorio el resultado del Censo…
Sí, hay un gran número de pequeñas empresas, pero que no tienen condiciones adecuadas del entorno para crecer. El mismo Censo concluye que hay un déficit en el crédito y me atrevo a especular que las pequeñas empresas son las que menos acceso tienen.
Otra limitación es el entorno jurídico del país. No se siente seguridad para la inversión. No hay condiciones para que las empresas se arriesguen a seguir invirtiendo. Si las reglas de juego pueden cambiar en un tiempo, las empresas pueden quedarse en cierto nivel de crecimiento y no arriesgarse a invertir.
Para romper ese monopolio privado, el Gobierno ha impulsado la creación de empresas públicas. ¿Es una estrategia adecuada?
Para romper el monopolio privado lo que se debe crear es un entorno que fomente la competencia, es decir, el crecimiento y desarrollo de nuevas empresas. Una empresa pública tiene ventajas sobre una privada. Puede beneficiarse de otras fuentes de ingreso que no están disponibles para las demás y puede acceder a condiciones de crédito más favorables. En ese sentido, no sirve como una política de fomentar la competencia, sino más bien de generar otra forma de concentración.
¿Se debe crear una Ley Antimonopolios o una Ley de Competencias?
Las dos son necesarias. La teoría económica indica que los monopolios no son buenos y que el rol del Estado es evitar su proliferación. Una ley antimonopolios no debe eliminar el monopolio per se, sino eliminar las malas prácticas del monopolio.
Por otro lado, necesitamos otra ley que apoye al sector productivo. En este sentido, el Código de la Producción es un primer paso.
Pero lo importante es que las reglas queden claras y que el beneficio sea para todos.
¿POR QUÉ ESTÁ AQUÍ?
Su experiencia. Máster en Economía e investigador del Centro de Investigaciones de la Universidad de las Américas (UDLA).
Su punto de vista. La concentración económica del país es un tema preocupante.