Sara Morocho tiene fe en el sistema cooperativo. Sus sobrinos adquirieron deudas en el mercado informal (chulco) para viajar a EE.UU. y gracias a los créditos del sector financiero lograron deshacerse de esas deudas.
Ambos jóvenes, oriundos de la parroquia La Paz, en el cantón azuayo de Nabón, solo dimensionaron la deuda y sus intereses cuando les tocó pagar. Hace cuatro años, Fernando M. tuvo dos intentos frustrados antes de llegar a su destino (Queens).
Aunque logró su objetivo, hacerlo le costó USD 20 000 que los obtuvo de ‘chulqueros’ que cobraban una tasa de interés mensual del 4%. Cada mes debía pagar USD 800 solo en intereses, el capital se mantenía intacto.
Esa situación se mantuvo por casi un año hasta que empezó a pedir préstamos en la Cooperativa Juventud Ecuatoriana Progresista (JEP) para pagar a los chulqueros. La deuda con estos últimos está ahora en USD 2 000.
Su primo Manuel J. tuvo menos problemas, pero también halló en un préstamo bancario la solución a sus problemas. Hace dos años se endeudó en USD 8 000, a un interés del 4% mensual, para viajar a ese mismo destino.Cuando consiguió empleo lo primero que hizo fue pagar la deuda con un préstamo en la JEP. Morocho dice que eso es posible, por que las instituciones financieras flexibilizaron el acceso a créditos. “Antes la única alternativa para los pobres era el chulquero”.
Para las instituciones financieras los migrantes son un mercado atractivo para colocar sus créditos. En los primeros nueve meses del 2010 Azuay recibió USD 339,5 millones por remesas, el 20% de lo que llegó al país.
La Mutualista Azuay tiene claro esa realidad, según sus cálculos entre el 15 y 20% de sus créditos se otorga a los emigrantes.
La mayoría de ese dinero se destina a pagar deudas vinculadas al viaje, explica Pablo Loyola, jefe de Crédito de esa entidad bancaria.
Amalia Toledo apeló al préstamo para obtener los USD 9 000 que costó su viaje hace nueve años. Ella obtuvo ese monto con dos prestamistas que le cobraban intereses del 5 y 6% mensual.
Sus finanzas se complicaron y su padre Hernán Toledo le ayudó con una garantía hipotecaria para conseguir el dinero en la Mutualista Azuay. Con ello se evitó pagar USD 500 al mes en intereses.
Mutualista Azuay tiene un producto pensado para la unificación de deudas (informales o no). Además de los requisitos regulares se solicita un certificado de ingresos. Para ese efecto sirven los comprobantes de los giros.
Paciente Vázquez, gerente de la Cooperativa de Ahorro y Crédito Jardín Azuayo, afirma que las remesas juegan un papel importante en la dinámica de la economía azuaya y también en el crecimiento del sistema financiero. Calcula que el 20% de sus créditos se otorga a migrantes.
Según Loyola, el sistema financiero formal es una opción para los migrantes y sus familias, pues tiene tasas de interés legales y los pagos de las deudas incluyen rubros de interés y capital.
En la Cooperativa Fasayñan, del cantón azuayo de Chordeleg, hay un producto llamado Crédito Migrantes. Entregó 72 préstamos de hasta USD 15 000. En la Cooperativa Guel se conceden créditos similares de hasta 10 000.