Entrevista del día. Sebastián Paredes, ejecutivo financiero.
Usted ha trabajado gran parte de su vida en las microfinanzas. ¿Hay diferencias entre la forma de llevar estas operaciones en Ecuador con las de otros países?
Es muy difícil comparar lo que pasa en el Ecuador con otros países, por la dinámica diferente. En los países desarrollados no existen las microfinanzas, porque ahí hay niveles de ingreso per cápita altos. Las microfinanzas están orientadas hacia los sectores más pobres de una población, donde el acceso a la banca es limitado.
¿Es correcta la aplicación de las microfinanzas que está en marcha en el Ecuador?
Cada país tiene necesidades diferentes. Existen, por ejemplo, países con poblaciones muy grandes en donde tal vez las necesidades rurales son mayores que las urbanas. Y donde quizás las necesidades urbanas están orientadas hacia el consumo de artículos. Es muy difícil segmentar y soy un creyente de que se debe dar una libertad hacia varios modelos.
¿Qué modelos de microfinanzas existen? En el país se asocia solo microfinanzas con microempresarios.
Microfinanza es el acceso a crédito de los sectores más pobres, no solo a microempresarios sino también a individuos, no solo urbano sino también rural. Yo categorizo las microfinanzas en tres grupos: microempresarios o individuos que acceden a crédito, asalariados de ingresos muy bajos que tienen necesidades puntuales (salud, educación, vivienda…) y financiamiento de consumo.
En Ecuador se aplican límites a las tasas de interés para microcrédito, por tipo de actividad: consumo, vivienda, microempresa.
Cuando existe techos para las tasas de interés se interfiere en el desarrollo de las microfinanzas.
Hay que tener cuidado. En Tailandia, las financieras tuvieron un auge en los años noventa para financiar la compra de electrodomésticos y motocicletas. Eso causó un efecto positivo en la economía. Pero el Gobierno estableció tasas de interés y prácticamente destruyó la industria. Lo mismo sucedió en Japón hace dos años y desaparecieron muchos actores financieros.
¿Cuál es el modelo ideal de microfinanzas que se debería aplicar en un sistema como el ecuatoriano?
El modelo debe ser simple, conveniente y rápido. Por ejemplo, en Indonesia nos dimos cuenta que gran cantidad de personas no tenía cédula de identidad y que no sabía leer ni escribir. Acordamos con el Gobierno operar con la huella digital. Es imposible pedirle a alguien que vive en el páramo toda la información de planillas, etc. Primero, simplicidad. Segundo, conveniencia, que el cliente sepa cuánto pagará cada mes. Y por último, rapidez, o sea que hay que estar en el momento exacto que el cliente necesita y otorgarle el crédito inmediatamente.
¿Y hasta qué monto se debe otorgar un crédito? En el Ecuador son, como máximo, en el mejor de los casos , de USD 5000, y aún los requisitos son exigentes.
En mis funciones, el promedio de préstamos de microempresa que otorgábamos era de USD 2000. Habían puestos informales muy pequeños que nos pedían USD 20 000 para comprar el puesto aledaño o extender su negocio. Y se los dábamos.
¿Con qué garantías?
La gran mayoría de esas tienditas no tiene formalizado su propiedad. Entonces, es imposible ir con la mentalidad típica de banquero y decirle que si no tiene el colateral formalizado y registrado no le doy el crédito. No. Simplemente sabíamos que para la persona su pequeño negocio era lo más importante de su vida y llegábamos a un acuerdo.
HOJA DE VIDA
Sebastián Paredes
Su experiencia. Economista ecuatoriano. Es el actual Presidente Ejecutivo del DBS Bank Hong Kong y Director de DBS China.
Su punto de vista. El acceso al crédito para los más pobres debe ser simple, conveniente y rápido. Ese es el mejor modelo.