Carteras, accesorios, bisuterías, ropa, vajilla de plata, adornos, objetos esotéricos, comida, entre otros artículos se expenden en ‘El Mercadito’.
Cerca de 20 jóvenes ofertaron sus propios productos, en un área rodeada de animales, flora, el río Daule y junto al edificaciones del Guayaquil antiguo.
La feria se desarrolló en el Parque Histórico, ubicado en la vía a Samborondón, al norte del puerto principal. Desde el pasado jueves hasta hoy, las personas pueden comprar estos artículos y conversar con sus creadores.
Johana Torres, una de las clientas que asistieron al lugar, contemplaba con emoción los aretes, pulseras y accesorios que elaboraba Melissa Mármol de 28 años.
“Hay que apoyarlos, ya que ellos mismos lo hacen, no es importado”, dijo.
Mármol, aprendió desde los 15 años a hacer pulseras y poco a poco incursionó en la elaboración de accesorios con piedras preciosas. Todos sus diseños son propios y los hace en su casa.
Asimismo, Fernanda Torres, Paula Molina y Davirú Villacís, tres emprendedoras de 34 años, tienen su propia microempresa: Amanita Estudio.
Ellas reunieron a 60 diseñadores y comercializan alcancías en forma de chanchos de colores, ropa, aretes, pulseras, además de carteras y estuches con material de caucho de llanta.
Para Molina, este tipo de negocio se lo está valorando más por el diseño que como artesanía.
“Ahora es visto como un arte, porque las piezas son únicas, las hacemos a mano y la gente compra los productos y los valoran”.
Su ‘show room’ está ubicado en un departamento, detrás del centro comercial Quicentro, en el centro-norte de Quito.
Los colores, las formas y la manera de tratar de los jóvenes es la forma de enganchar clientes.
A la compradora, Viviana Rodríguez, le atrajeron mucho las carteras y accesorios que exponía el stand ‘Danke’.
La firma es dirigida por Patricia Rojas y Belén Pastor. Desde el año pasado venden estos productos que además impulsan valores.
Por ejemplo, cada etiqueta de los artículos incluye al personaje ‘Luna’ que busca comunicar amor, integridad, confianza…
También, Verónica Salem y Anabel Pérez, ambas de 32 años, elaboran zapatos de lona y cuero, desde diciembre del año pasado. Sus diseños son comercializados en locales de los centros comerciales de la capital.