Redacción Negocios
A dos meses y medio de haberse iniciado el año, el financiamiento del Presupuesto todavía sigue siendo una incógnita. Tanto el ministro Coordinador de la Política Económica, Diego Borja, como la ministra de Economía, María Elsa Viteri, evaden hablar sobre el tema y, cuando se les consulta, responden que los recursos saldrán “de los organismos multilaterales y del apoyo de grupos amigos”, sin especificar montos ni fechas.
Un estudio del Grupo Faro, que sigue las cuentas fiscales, señala que para equilibrar en estos momentos el Presupuesto se requieren créditos internos o externos por USD 3 876 millones. “De este monto, USD 1 655 millones provendrían de endeudamiento con bonos del Estado, USD 1 559,2 millones de créditos de organismos multilaterales y, el resto, unos USD 661,8 millones, se financiarían con créditos de gobiernos amigos y de organismos gubernamentales”, dijo Carlos Díaz, director de Gobernanza de lo Público del Grupo.
Pero para el analista Marcos López, conseguir préstamos en estos momentos no es una situación fácil ya que “somos un mal sujeto de crédito y por lo tanto las condiciones que nos pongan van a ser muy duras. El Gobierno debe enfrentar condiciones difíciles en el mercado, tras la renegociación de los bonos Global 12 y 30. Si bien eso redujo el peso de la deuda, en la práctica se cerraron las puertas para el financiamiento público”.
Según el catedrático Juan Carlos Jaramillo, “pese a que el Gobierno ha anunciado que sí conseguirá los recursos, es necesario aclarar que todo requiere de un tiempo. En el caso de los multilaterales, estos organismos dan plata para proyectos y analizan el nivel de riesgo de inversión. En el caso de los países amigos que menciona el Gobierno, aún no se concreta nada. Con China, por ejemplo, la negociación dura casi un año y no hay nada claro”.
Por lo que los analistas ven al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) o al no pago de la deuda externa (argumento que ha señalado el presidente Rafael Correa en varias oportunidades) como las formas de financiarse.
“Si bien un potencial comprador de bonos puede ser el IESS, no es tan sencillo porque los fondos para entregar créditos a sus afiliados pueden verse reducidos. Además, bajo la lógica de las inversiones, se vuelve riesgoso que el IESS coloque sus recursos mayormente en un solo emisor y que vuelva a caer en mora, como ocurrió hace 10 años”, dice Díaz.
Y, en cambio, la sola posibilidad de entrar nuevamente en moratoria de la deuda, hace que los inversionistas sientan temor, tal como lo mencionaron semanas atrás las calificadoras de riesgo internacionales Standard & Poor’s y Fitch. “Aunque el Gobierno minimice, por ejemplo, el hecho de haber sido incluidos en la lista del GAFI, en la realidad el impacto sobre la atracción a la inversión es grave. La imagen del país en el exterior es mala”, finalizó López.
Multilaterales
Hasta el momento se han desembolsado USD 550 millones
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La Corporación Andina de Fomento (CAF), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Fondo Latinoamericano de Reservas (Flar) se han convertido en las fuentes de financiamiento del país.
Mientras que el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), a pesar de ser fuentes recurrentes de créditos en el pasado, ahora se mantienen al margen por diferencias ideológicas con el Régimen.
En ese escenario, hasta el momento el Régimen ha logrado concretar créditos por USD 350 millones con el BID, para financiar obras de infraestructura y mantenimiento vial, y USD 200 millones con la CAF para programas de saneamiento ambiental y de líneas de crédito que se entregarán a través de la Corporación Financiera Nacional (CFN).
En el caso del BID, el crédito es el primer desembolso de un total de USD 1 000 millones ofrecidos al país, en octubre de 2009.
Sobre el Flar; el crédito otorgado en julio del año pasado, por USD 480 millones dejó sin posibilidad de recurrir a más peticiones, al menos hasta acabar de cancelar los haberes.
El analista de mercados, Patricio Vivero, explica que si bien estos organismos tienen grandes cantidades de dinero para ofrecer a los países socios, “todo depende de los proyectos que se les presente y del riesgo de invertir en ellos. Es decir, que socios con problemas de pago no tendrán mucha capacidad de maniobra, como es el caso de Ecuador. Considero que para este año, no habrá más compromisos”.
De hecho, en el último desembolso del BID, el organismo señaló que en Ecuador se detectó “debilidad institucional e insuficiencia en el seguimiento de las obras”. Por lo que el BID exigió “informes semestrales”.
Cosa similar pasó con el Flar, que obligó al país a no declarar ilegítimos sus créditos y a mantener invertidos USD 250 millones en la entidad.
Aliados
Los proyectos de infraestructura dependen de gobiernos amigos
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La ministra de Finanzas, María Elsa Viteri, ha viajado varias veces a China para negociar el financiamiento del 80% para la construcción del proyecto hidroeléctrico Coca-Codo Sinclair, que requiere de USD 2 000 millones. Hasta el momento no hay un acuerdo y el Presidente puso plazo hasta el próximo lunes para definir la participación china.
Lo mismo ha ocurrido con Rusia, pese al anuncio del éxito del viaje a ese país, donde participaron autoridades del Gobierno y empresarios. Cinco meses después de esa visita no se registra una inyección de recursos.
En las últimas semanas, el vicepresidente Lenín Moreno aseguró que el Gobierno iraní participará en la construcción de tres centrales hidroeléctricas. El acuerdo fue cerrado, según el funcionario, pero no se ha especificado desde cuándo y los montos de esas obras. También enfatizó en el interés iraní en proyectos del agro y automotriz.
En Europa, los países que usualmente han apoyado son Francia y Alemania, con líneas de crédito para obras de producción y agrícolas. Tras la crisis económica mundial, estas economías han recortado el apoyo mundial. Sin embargo, actualmente aprueban préstamos pequeños no reembolsables para fines de asistencia social y a través de sus organismos técnicos de apoyo. Eso sí, exigen condiciones de cumplimiento.
En la región, Venezuela ha sido el más cercano aliado del Gobierno. Ecuador trabaja en el desarrollo de obras conjuntas con los venezolanos, pero las inversiones suponen también una contrapartida nacional.
Por su lado, las endebles relaciones con Colombia y Perú, los vecinos no hacen prever que sean posibles fuentes de financiamiento para Ecuador. Y de la misma forma con EE.UU., cuyas relaciones se han mantenido en el plano de la diplomacia y muy poco en el apoyo económico.
Deuda interna
La Seguridad Social todavía tiene recursos disponibles para invertir
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Otra alternativa de financiamiento estatal no deja de ser el Seguro Social, a través del Banco del IESS (Biess).
Un mecanismo para captar recursos puede ser una nueva emisión de bonos, los cuales pueden ser adquiridos por el IESS en el mercado de valores.
Aunque, esta vez el monto de la emisión no podría ser igual o superior a la realizada en 2008 y principios de 2009, que sumaron unos USD 1300 millones.
Esto se debe a que actualmente el portafolio de inversiones del IESS, en el sector público, ya alcanzó el 60%, según Omar Serrano, delegado de los afiliados al Directorio del Biess.
La resolución 1406 de la Junta Bancaria del 16 de julio de 2009, establece que las inversiones en títulos valores del sector público no deben ir más allá del 75% del total del portafolio.
Debido a la estructura de gastos del Seguro, el Estado podría conseguir hasta USD 550 millones, lo cual resulta insuficiente para las necesidades fiscales, dice el ex ministro de Economía, Mauricio Pozo. “La compra de más títulos del sector público concentraría las inversiones del IESS en un solo emisor”.
En un análisis de riesgo no puede dejarse de lado el antecedente del Gobierno, que declaró ilegítima parte de la deuda externa.
Pero el Régimen tiene una vía indirecta para financiar los proyectos de desarrollo. Ya lo hizo en el campo petrolero Pañacocha, donde el IESS prestó USD 165 millones a Petroamazonas.
Algo similar puede suceder con Seguros de jubilación de la Fuerzas Armadas, Policía y Fondos Complementarios Cerrados, que también tienen fondos disponibles. Eso lo saben los municipios y gobiernos seccionales, que buscan esos recursos para financiar sus proyectos. El Municipio de Guayaquil, por ejemplo, hizo una emisión de títulos, cuyo respaldo es la recaudación de los impuestos. Estos títulos se vendieron en el mercado de valores.