Varios de los 60 funcionarios del Banco Nacional de Fomento (BNF), que fueron separados el pasado miércoles bajo la figura de renuncia obligatoria, manifestaron su inconformidad con el procedimiento realizado para dejarlos fuera de su cargo.
Según una de sus representantes, que prefirió no ser citada, en el momento de la separación las autoridades no dieron ninguna explicación. “No entiendo cómo se evaluó ni bajo qué criterios nos separaron. Eso es lo que más duele, no saber realmente las causas de por qué nos hayamos quedado sin trabajo”.
El grupo de ex funcionarios dejó sus puestos de las oficinas del banco público, en Quito y Guayaquil, sumándose de esta manera a alrededor otras 260 personas que ya habían sido separadas en distintos agencias del país, en octubre pasado.
Por esa razón, en los pasillos de la institución, en Quito, se viven días de incertidumbre, ya que se conoce que en las próximas semanas se planea realizar un nuevo recorte de personal.