La huelga de tres días de los pilotos de la aerolínea alemana Lufthansa volvió a dejar a miles de pasajeros en tierra ayer, durante la segunda jornada, sin que se produjera ningún acercamiento significativo entre la empresa y los trabajadores.
El paro, el mayor en la historia de la compañía, afecta a alrededor de 425 000 pasajeros y a 3 800 vuelos que han tenido que ser cancelados.
El sindicato de pilotos de Lufthansa exige un aumento salarial del 10%, mientras que la compañía ofrece una subida escalonada de hasta el 5,2%.
A simismo, los pilotos quieren volver a negociar las pensiones y restablecer el sistema de jubilación transitoria, que permitía hasta ahora a los capitanes pasar a la jubilación a partir de los 55 años con hasta un 60% de su sueldo base, aunque, por término medio, se jubilan a los 59 años.
La portavoz de Lufthansa, Bárbara Schdler, se mostró confiada en alcanzar un acuerdo lo antes posible.