Hasta ahora nadie ha explicado la urgencia del Ejecutivo para enviar a la Asamblea un proyecto de hipotecas, cuando los clientes de bancos, mutualistas o del Biess no registran un riesgo inminente en sus créditos.
El estallido de una burbuja inmobiliaria, que fue el detonante de las crisis económicas en EE.UU. y España a finales del 2008, es una probabilidad mínima en Ecuador, ya que según las autoridades no existe dicha burbuja o, en el peor de los casos, tardaría años en formarse. Pese a ello, el Ejecutivo cree que la sola existencia de esa posibilidad obliga a tomar medidas en los próximos 30 días.
Aunque siempre es positivo curarse en salud, la medida del Gobierno, de concretarse, tiene varios efectos. Primero, se aplicará para los créditos futuros, ya que la ley no es retroactiva. Y segundo, llevará el mayor peso de los créditos hipotecarios hacia el Biess.
Hasta el mes pasado, el sistema financiero privado tenía un saldo de USD 1 742 millones en créditos para vivienda. El Biess ha colocado USD 1 878 millones desde el 2008 hasta la fecha. Solo en este año prevé colocar 900 millones.
La medida del Gobierno ayudará a que ese objetivo se cumpla, pues los bancos han anticipado que serán más rígidos a la hora de otorgar un crédito, pues no podrán cobrar la deuda con otros bienes que no sea la vivienda. Si la banca frena sus créditos, el Biess ganará más mercado, aunque eso también lo vuelva más vulnerable en un escenario de burbuja inmobiliaria.