El Banco del Afiliado (Biess) anunció un nuevo servicio para sus afiliados: la posibilidad de comprar títulos de empresas en las cuales mantiene inversiones.
El titular de la entidad, Efraín Vieira, explicó que muy pronto, a través de una especie de titularización, los afiliados podrán invertir en los papeles que la entidad ha adquirido en el mercado de valores. Así, una persona podrá comprarlos desde los USD 5 000. Al cierre del año pasado, el Biess registró USD 370 millones en estos papeles, cuyo rendimiento osciló entre el 7 y 9%.
Esta institución mantiene actualmente títulos de grandes compañías como Nestlé, Diners Club, Promérica, Automotores y Anexos, KFC, Pacificard, De Prati, La Fabril, entre otras. También mantiene papeles de firmas como Tía, Telconet, Industrias Ales, Corporación El Rosado, Industria Licorera Ecuatoriana, etc.
Pero estas inversiones representaron apenas el 3,46% del paquete total del Biess. Esta participación en el mercado de valores sorprendió a Mónica Villagómez, titular de la Bolsa de Valores de Quito, toda vez que la presencia del Biess se redujo a USD 270 millones, cuando en años anteriores esa cifra era mayor.
El grueso (75%) del total del portafolio de inversiones -USD 7 801 millones del año pasado y USD 9 130 millones previstos para este año- se concentra en los créditos (quirografarios e hipotecarios) y los papeles del Estado.
¿Pero por qué la concesión de créditos es categorizada como inversiones? Según el representante de los afiliados ante el Biess, Omar Serrano, se lo considera así porque genera un rendimiento. “Si bien es un servicio, se trata de una línea de inversión. Y no tiene riesgo. Tenemos el índice de morosidad más bajo del sistema financiero. Los roles de pago y los fondos de cesantía y reserva garantizan estas inversiones”.
Pero ese criterio no es compartido por otros sectores. Según el asesor en inversiones de riesgos, Fernando García, sostener la mayor parte de un portafolio en un solo actor, en este caso el Estado, puede ser peligroso. “Que el Estado deba lo de las pensiones jubilares, por ejemplo, no le da una buena imagen de buen pagador. En el peor escenario, si no pudiera pagar los bonos y cayera en ‘default’, como ya ha pasado, el Biess quedaría desfinanciado”.
Francisco A., ex funcionario del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), corrobora eso y explica que durante los años que trabajó en la entidad, los principales problemas estaban atados a la falta de empleo en los afiliados.
“Es verdad que los fondos de reserva y de cesantía garantizan los créditos. Sin embargo, en días de crisis, todo se desbalancea, con efectos directos sobre las jubilaciones. El riesgo es que en lugar de diversificar hacia inversiones privadas se lo hizo hacia bonos”.
De hecho, actualmente, el Estado debe al IESS unos USD 2 407 millones, por concepto de su aporte del 40% de pensiones y las prestaciones de salud a los jubilados. Esta deuda se ha mantenido a lo largo del actual Régimen, algo que es visto con preocupación.
Pese a ello, tanto Vieira como Serrano concuerdan en que las cosas van por buen camino y cada vez se está diversificando más el portafolio, en proyectos hidroeléctricos o petroleros. Según sus cálculos, la rentabilidad ponderada de todas las inversiones ha llegado al 7,5% el año pasado.
Más de las inversiones
Los USD 39 millones invertidos en los campos Culebra, Yulebra y Anaconda generan ya el retorno de dinero. La rentabilidad en estos proyectos es del 10%.
También mantiene inversiones en el campo Pañacocha, los proyectos temoeléctricos Celec I (Quevedo y Santa Elena) y Celec II (Jaramijó y Santa Elena 2) y en la hidroeléctrica Toachi – Pilatón.
Los hipotecarios dan una rentabilidad promedio del 8%, los quirografarios 9% y los papeles fiduciarios 9%. La inversión en el mercado de valores genera un 8,5% y los bonos de 6,5 a 7%. Pañacocha genera 5% y las centrales, en promedio, 7,5% anual.
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