La bonanza que vivió durante los últimos dos años el sector de la confección de ropa con tela tipo jean, en Pelileo, llegó a su fin.
La industria que acoge a 3 500 talleres grandes y pequeños creció desde el 2009 por la fijación de aranceles a las importaciones. Sin embargo, hoy enfrenta el incremento acelerado de los precios de los insumos utilizados.
Ello ha provocado que se trasladen los costos a los clientes y, como consecuencia, caiga la demanda de prendas de vestir hasta en un 40%, según los propietarios de los centros de la confección.
Por ejemplo, el metro de la tela jean subió de USD 3,40 a 6,20. El precio varía en función de la cantidad de algodón que posee la tela. Mientras mayor es la proporción mayor es también el incremento del insumo.
El hecho desató el cierre temporal de algunas fábricas y talleres, y el despido de decenas de obreros, cuentan los productores. El objetivo era evitar la quiebra.
Hugo Barroso, gerente de la fábrica Mayra Jean, es uno de los afectados. En diciembre del año pasado, en su taller, equipado con 30 máquinas, trabajaban 15 obreros con una producción semanal de 1 200 prendas de vestir. A inicios de enero, los precios de la tela comenzaron a subir sin control y el negocio decayó.
Pese a que Barroso trató de mantener a sus empleados, no fue posible. Las ventas decayeron y no había trabajo.
Ahora en el taller solo laboran su esposa, sus dos hijas y él. A la semana confeccionan 200 prendas que las venden en el almacén de su propiedad.
“Con los altos precios no podemos competir en el mercado. Antes entregábamos a la semana entre 5 y 10 docenas de pantalones a Quito, Guayaquil, Ibarra’ pero con los precios elevados nadie viene a comprarnos”.
El año pasado, un pantalón sencillo se podía encontrar hasta en USD 7 en los almacenes de Pelileo. Ahora, el mismo pantalón no baja de los USD 11.
Sebastián Carrasco, gerente de Creaciones Jean’s Loren confirma el mismo problema que viven el resto de productores. Cada ocho días fabricaba 1 300 prendas de vestir. Ahora son 300. El empleador está preocupado porque 20 de los 30 trabajadores dejaron su empresa. A otros les vendió una parte de las máquinas para que sean maquiladores.
Todos los días, Carrasco recorre los talleres para controlar la calidad del trabajo. “Antes todo se controlaba en la fábrica, pero por la crisis esto cambió”.
Para sostener el taller en funcionamiento negoció con sus empleados y les ofreció pagarles por obra realizada. Por cada pantalón sencillo (sin adornos) les paga USD 0,90 y por los más complicados USD 1,20. “Aquí les entregamos hilos y otros insumos que al final les descontamos. Eso permitió bajar los costos de producción y continuar comercializando los productos en Quito”.
Carrasco recuerda que en el 2009 el Gobierno ayudó a crecer a las empresas con la implantación de un arancel a la ropa importada, pero hoy están en crisis y hay mano de obra en la desocupación. Uno de ellos es Rafael Sánchez. Este cosedor de 60 años dice que trabaja 25 en la confección de pantalones. En enero y febrero se quedó sin empleo.
No tenía dinero para mantener a su esposa y tres hijos. Ahora consiguió trabajo, pero por obra realizada. A la semana gana USD 50. El dinero no le alcanza porque tiene que pagar arriendo.
Mirian Sangucho, de 19 años, también pasó a trabajar por obra realizada. Al mes cobra USD 270 pero su trabajo se inicia a las 08:00 y termina a las 18:00.
Un plan en agenda para ayudar a los confeccionistas
El Ministerio de Industrias y Productividad (Mipro) entregará un plan, la próxima semana, para impulsar la producción de calidad en las prendas de vestir que se fabrican en los talleres del jean en Pelileo.
Así lo dio a conocer Elizabeth Barsallo, directora del Pymes de esta secretaría, tras la reunión mantenida, la semana pasada, con los presidentes de 12 organizaciones de confección y comercialización del barrio El Tambo.
En la sesión de trabajo se hizo el análisis de las áreas y en qué podía ayudar el Ministerio para fortalecer al sector. Barsallo reconoció que en la actualidad los empresarios están crisis por el incremento de la materia prima.
Uno de los planteamientos es ayudar en la capacitación, entrega de asistencia técnica. Además, que los artesanos del jean sean parte de los planes de certificación con las normas de calidad y de responsabilidad para el cuidado del medioambiente y el mejoramiento de la mano de obra. El proyecto será dado a conocer en la reunión que mantendrán con todos los confeccionistas el próximo jueves.
En tanto, Carlos Albero de Jesús, gerente general de Vicunha-La Internacional, explicó que el aumento de los precios del algodón es uno de los más altos en la historia. Subió tres veces más en los últimos dos meses de USD 0,65 a 1,95 la libra.
Este producto es uno de los componentes importantes en la producción de la tela jean, por eso el costo final de la prenda de vestir en el mercado subió. Eso provocó un descenso en la demanda. Los precios por el metro de tela varían entre USD 3 y 7.
“En la fábrica descendió la venta de la tela entre el 70 y 80%. El Ecuador es un mercado que consume el 25% de la producción, el resto se comercializa a Colombia, Perú, México y Argentina”.