La gestión del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) y del banco de la entidad dieron un giro bajo la administración de Fernando Cordero, presidente de los directorios de ambas entidades.
Los servicios que fueron “tercerizados” o delegados a otras empresas volvieron a manos del personal de la entidad.
Hoy, la apuesta es por una gestión más pública y donde el sector privado juegue un papel más bien complementario.
Los cambios más notorios se evidenciaron en dos contratos que generaron malestar en afiliados y jubilados y que no tuvieron una respuesta contundente en la administración anterior. En septiembre pasado el Directorio del Biess, liderado por Cordero, decidió no ampliar el contrato con la empresa Tata, para que tramite la entrega de hipotecarios.
Esta firma laboró primero para el IESS y luego siguió a cargo de estos procesos con la creación del Biess en el 2010. El año pasado tramitó 70 000 solicitudes de créditos.
Las demoras de más de 45 días de los préstamos, como establecía el contrato, motivaron al banco a revisar este servicio.
Según un informe del Biess del 29 de mayo del 2013, los trámites tardaban en promedio seis meses, cuando en la banca privada demoran solo dos.
La respuesta de Cordero y su equipo fue diplomática. Optó por esperar a que el contrato concluya el 3 de septiembre del 2013 para abrir su propia unidad de entrega de préstamos.
Lo mismo ocurrió con el agendamiento de citas médicas, que el IESS delegó a la empresa privada en el 2009, primero a la firma Cronix y luego a Recapt, cuyo contrato termina este fin de mes.
Antes de esto, los afiliados debían acercarse a las unidades de salud para solicitar su turno.
El contrato con Recapt fue observado en febrero del 2013 por la Contraloría, que determinó incumplimientos e indicios de responsabilidad penal en contra de 35 funcionarios del Seguro y de Recapt.
A este se sumaron varios informes internos del IESS. Uno de diciembre pasado determinó 12 incumplimientos relacionados con el servicio. Por ejemplo, no fijó un servicio de citas con un día de anticipación para aprovechar las citas canceladas y las asignadas por el sistema de colas, entre otros.
Con la salida de Recapt, la programación de las citas se iniciará con los médicos del IESS, en Quito. También se analiza la apertura de servicios telefónicos en las regionales de Quito, Guayaquil y Cuenca.
Hoy, Recapt utiliza casi 1 000 personas para dar los turnos. “Si nosotros tenemos que usar las 1 000 personas lo haremos”, dijo Cordero ayer.
Carmen Corral, exintendenta de Seguridad Social, cree que el cambio es positivo, pero duda que el IESS tenga la capacidad operativa para asumir los nuevos retos. “En el pasado cuando los hipotecarios estaban a cargo del IESS no se hizo un buen manejo. Hay cartera incobrable que se arrastra de esos años”.
Pese a que faltan 16 días para que el IESS asuma el agendamiento de citas, aún no está claro cómo lo hará, señala Corral.
Cordero también reducirá la participación de clínicas en el servicio del IESS. Para ello, señaló que alista un plan de inversión en unidades médicas por USD 700 millones para los próximos meses.
“Solo tenemos que reducir USD 1 de cada 10 que destinamos hoy a las clínicas para financiar esto”, dice.
El exdirector del IESS, Marco Morales, considera que estos cambios no son de fondo y que en los temas estructurales hay una continuidad entre la política de Cordero y la de su antecesor Ramiro González, actual ministro de Industrias.
Según dijo, esto se refleja en la incorporación de población al IESS sin contar con estudios. En la administración anterior se operativizó la inclusión de menores de 18 años y cónyuges de afiliados. Bajo la de Cordero se permitió que el afiliado voluntario hoy pueda asegurarse sin restricciones. “Las citas las va a otorgar el IESS, pero si aumentamos nuevos beneficiarios el problema de la falta de citas va a continuar”, comenta.
Esto pese a que desde el 2011 el fondo de salud tiene saldo en rojo. Este Diario buscó ayer la versión de González, vía correo, pero no obtuvo respuesta.