A Mónica Martínez nadie le informó del proceso de cambio de medidores de energía eléctrica.
Por eso, desde la ventana de su casa de dos plantas, ubicada en las calles García Moreno y Ramón Tianga, en San Antonio de Ibarra, miraba con sorpresa, la semana pasada, el inusual ajetreo de los trabajadores de la Empresa Eléctrica Emelnorte.
Pero se armó de valor y decidió preguntar el porqué de los trabajos. “Me explicaron que la luz funcionará como el teléfono. Si no pagamos nos cortarán directamente desde las oficinas de la empresa”, afirmó el ama de casa de 36 años. La respuesta no la satisfizo del todo y todavía le asaltaban algunas dudas “¿Será que nos van a cobrar más?”, se decía.
La misma inquietud perturbaba a Marta Terán, propietaria del negocio Arte Colonial II, en la calle 27 de Noviembre. La ibarreña aseguraba que los técnicos de la eléctrica le comunicaron que desconectara los artefactos y cortaron la energía por más de seis horas. “Ni siquiera sé para qué es. Deberían dar más información”.
En respuesta a estos cuestionamientos, Sofía Terán, jefa de la Unidad de Pérdidas de Energía de Emelnorte, indicó que el abonado no tendrá que pagar un solo centavo por los cambios. Los costos los asume la eléctrica.
¿En qué consiste el proyecto? Se trata de un moderno sistema conocido como “telemedición”, utilizado en países donde hay muchas pérdidas de energía. En Ecuador, la experiencia se la conoció en una conferencia dictada en una universidad guayaquileña. Ahí se habló de que en Chile se usaba este sistema para evitar el contrabando y que los resultados eran óptimos.
Así, en el 2008 se realizaron los estudios del plan piloto. La empresa conoció y aprobó el proyecto pero se paralizó por la falta de recursos económicos. Terán investigó cuál sería la firma más idónea para proveer los equipos y le recomendaron adquirirlos en Landis and Gyr, una institución suiza con sede en Brasil.
Un equipo de técnicos de Emelnorte viajó a Río de Janeiro y conoció que la eléctrica del sitio usaba el sistema y que sus recaudaciones aumentaron notablemente. Por ejemplo, del 40% de pérdidas, de un total de un millón de usuarios, se redujo al 22%. Los resultados se obtuvieron a lo largo de seis años. Ahora, ellos pasaron a otra fase más avanzada.
Con la telemedición se eliminan las fugas de energía y el beneficio para la empresa es mayor. Su funcionamiento se controla a través de tarjetas electrónicas. Estas registran el gasto por el consumo de energía directamente en el ‘software’ de la empresa.
En el poste cercano a la vivienda se coloca una caja o concentrador secundario de energía con capacidad para 12 tarjetas y en la fachada de los hogares se ubica un aparato similar al antiguo medidor, pero más pequeño. Este tiene incorporada una radio.
La experta de Emelnorte señaló que se obtienen tres ventajas principales: se evitan las fugas y manipulaciones, no será necesaria la presencia de personal de la empresa para tomar las lecturas y, finalmente, se reducirá drásticamente la cartera vencida.
El plan piloto se inició el pasado 15 de diciembre y se extenderá hasta el 15 de febrero. Es el primer proyecto a nivel de Emelnorte. El plan costó USD 400 000. La idea es colocar 1200 medidores nuevos en la parroquia de San Antonio y evitar las pérdidas en consumo que allí existen.
La cartera vencida de este sitio, en diciembre pasado, fue de USD 4 796, es decir de un 12%. Con el plan piloto, la empresa planea disminuirla al 4%.
La facturación inicial será a partir de febrero, cuando se culmine la colocación de los concentradores. Mientras eso ocurra, los habitantes de San Antonio esperan ansiosos los cambios de medidores. Aunque Ronald Yandún, residente hace ocho años en la parroquia, confesó que no teme porque escuchó que será positivo.
“Queremos que la facturación sea precisa y que el usuario esté al día en sus pagos”, remarcó Terán.
Una segunda fase del proyecto se desarrollará en la parroquia Alpachaca, por el mismo costo, pero se duplicará el número de beneficiarios. Todos los estudios han sido ejecutados por la Unidad Eléctrica de Guayaquil.
Más sobre las pérdidas de energía en el país
En promedio, en el país, las autoridades estiman que el 17,21% de la energía que se distribuyó a través de las empresas eléctricas se perdió el año pasado.
Las pérdidas en la Empresa Centro Sur o en la Empresa Eléctrica de Quito, son las menores del país. En estas firmas se registran índices menores al 10%.
En otros centros de distribución de energía en el país se producen pérdidas mayores. En Manabí o Esmeraldas llegan al 37% y 27,8%, respectivamente.