Grecia lanzó formalmente ayer una oferta de canje de deuda a sus acreedores privados, con lo que dio inicio a la mayor reestructuración histórica de deuda soberana con la esperanza de encarrilar sus desordenadas finanzas.
El canje es parte de un segundo paquete de rescate, por 130 000 millones de euros (USD 173 000 millones), para evitar que Grecia caiga en una cesación caótica de pagos que amenaza con enviar réplicas en todo el sistema financiero y castigar a otros miembros débiles de la Zona Euro.
El complejo acuerdo fue finalizado la semana pasada tras meses de difíciles negociaciones entre Grecia y sus tenedores de deuda.
El canje, en que los inversores entregarán bonos a cambio de deuda de menor valor, apunta a reducir 100 000 millones de euros de los más de 350 000 millones de euros (USD 465 000 millones) de la deuda griega.
El gerente del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), Charles Dallara, expresó optimismo de que el canje atraerá una alta participación de los inversores.
“Seguimos muy optimistas de que una vez que los inversores estudien esta propuesta (…) habrá una alta participación”, aseguró Dallara, jefe negociador de los acreedores privados con Grecia, en México, donde se encuentra para una reunión del G-20.
Bajo los términos del canje, bancos, aseguradoras y otros inversores que tienen alrededor de 206 000 millones de euros de bonos del Gobierno griego aceptarán una pérdida del 53,5% del valor nominal de sus papeles, con pérdidas reales del 73%.
Como parte del canje, los inversores recibirán bonos griegos de más larga data por un 31,5% de sus tenencias y papeles a corto plazo emitidos por el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera equivalentes a un 15% de sus bonos. Atenas quiere concluir la transacción para el 12 de marzo.
Entre tanto, los sindicatos más poderosos de Grecia anunciaron ayer tres horas de huelga y una manifestación de protesta para el 29 de febrero, en contra de los recortes y ajustes por la crisis, que permitieron al país acceder al salvataje de la Unión Europea.