El viceministro de Economía, Axel Kicillof, denunció hoy un intento de forzar en Argentina una devaluación de la moneda y desatar una corrida cambiaria, en momentos en que se endurecen las restricciones al uso de divisas y los controles.
“Lo que se pretende es forzar una devaluación de la moneda y crear una corrida bancaria” (una retirada masiva de depósitos bancarios), afirmó en rueda de prensa Kicillof, uno de los interventores en la petrolera YPF, cuyo 51% fue expropiado a la española Repsol, y uno de los economistas jóvenes favoritos de la presidenta Cristina Kirchner.
El dólar se cotizaba este viernes a 4,49 pesos, mientras que en el mercado negro se ubicaba en 5,92 pesos, valor en alza desde que el Gobierno impuso duras restricciones para adquirir moneda norteamericana.
El funcionario criticó con dureza rumores de prensa según los cuales el Gobierno trataría de combatir las habituales operaciones en negro en dólares en los mercados inmobiliario, crediticio y de alquileres, a pesar de que la ley fija al peso como la moneda de circulación oficial para contratos.
“Es un invento. Empiezan a agitar el apocalipsis con intencionalidad política y para que algunos vivos se hagan una pequeña primavera”, advirtió Kicillof.
En compañía del ministro de Planificación Federal, Julio de Vido, calificó de “aberrante y estúpido, y que ameritaría entrar en los récords de operaciones escandalosas”, un supuesto plan de pesificación mencionado por la prensa.
El Gobierno de la presidenta Cristina Kirchner intenta mantener alto el nivel de reservas en 47 000 millones de dólares tras una caída desde un máximo histórico de 52 600 millones para garantizar el repago de la deuda.
“Como todo el mundo sabe no tenemos la necesidad de acaparar dólares. No es el 2001 (grave crisis financiera), que fogonearon los mismos bancos y que llevaron a los gobiernos a tomar medidas drásticas”, recordó Kicillof.
Argentina viene aplicando barreras contra las importaciones para evitar la salida de divisas, mientras que impuso fuertes restricciones para la compra de dólares para viajar al exterior, lo que reactivó el circuito informal de transacciones de la divisa.
Las versiones recrudecieron después de que el senador oficialista y exjefe de Gabinete Aníbal Fernández dijo el jueves que “los argentinos tenemos que empezar a pensar en pesos”.
Las crisis económicas, la inflación y 11 años de tipo de cambio fijo por convertibilidad peso-dólar (1991-2002), llevaron a los argentinos a refugiarse en los billetes verdes.
El país debe afrontar el 3 de agosto un vencimiento importante de la deuda por 2 300 millones dólares del bono Boden 2012.
Una corrida cambiaria ante una presunta devaluación fue sofocada por el Gobierno en noviembre pasado.