El balón comenzó a rodar en el Campeonato Ecuatoriano de Fútbol y, en torno a él, giran millones de dólares en los traspasos. Pero este negocio no se origina solo en las competencias de alto nivel, sino en las divisiones formativas de los equipos y en las escuelas de balompié.
La Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) no tiene un registro del número de escuelas de enseñanza de este deporte, señala un informe de la revista de Economía y Negocios, LÍDERES. La información más cercana para identificar el número de establecimientos de este tipo la tiene el Instituto Ecuatoriano de Estadística y Censos.
El Censo Económico del 2010 reveló que en el país funcionan 84 sitios de enseñanza y adiestramiento deportivo en disciplinas, como fútbol, básquet, vóley, entre otras.
Cada equipo profesional cuenta con sus divisiones formativas o inferiores. Santiago Morales, gerente del Independiente del Valle, comenta que la formación de jugadores de la cantera creció luego de que Ecuador se clasificara al Mundial Corea-Japón 2002 y Alemania 2006.
Esa participación permitió que jugadores como Christian Benítez o Antonio Valencia lleguen a ligas profesionales de Inglaterra y México y, además, obtengan millonarios ingresos, para ellos, para sus equipos y a para sus representantes.
Ex futbolistas nacionales y extranjeros también se han convertido en los protagonistas de la formación de nuevos jugadores, con la implementación de escuelas o academias.
Los clubes también invierten para encontrar nuevas figuras. El coordinador administrativo de las divisiones formativas del Deportivo Cuenca, José Darquea, indica que esta academia destina cerca de USD 200 000 al año para financiar la alimentación, los estudios, entrenamientos e implementos deportivos de los jugadores. Ese dinero lo obtiene de empresas privadas, la carrera deportiva Deportivo Cuenca 10K, torneos de fútbol, entre otras actividades.
Independiente del Valle (Quito) tiene un presupuesto anual de USD 2,6 millones para el mantenimiento de un complejo de 22 hectáreas, la alimentación, vivienda y estudios de los jugadores. Santiago Morales, gerente del club, explica que a los 80 chicos que viven en el complejo se les ofrece alimentación, hospedaje y educación. “Se corrige lo técnico en la cancha y la manera de enfrentar la vida. Se les ayuda a manejar su dinero”.
En este negocio también ganan las empresas que venden equipos para este deporte. En el 2010, por ejemplo, la importación de zapatos llegó a USD 1,3 millones, mientras el año pasado llegó a 1,7 millones.