La nueva reforma tributaria que anuncia el Régimen busca financiar un mayor gasto en materia social con recursos privados, como ya ocurrió a inicios del 2011.
El año pasado, la justificación de la novena reforma tributaria era cubrir la emergencia sanitaria, que requería USD 300 millones. El Gobierno la denominó reforma ambientalista.
Ahora, la necesidad de financiar el aumento del Bono de Desarrollo Humano (BDH), de USD 35 a 50 mensuales, puso en la mira al sector bancario.
[[OBJECT]]El director del Servicio de Rentas Internas (SRI), Carlos Marx Carrasco, dijo estar de acuerdo con el aumento del bono y la forma del financiamiento.
Por eso ayer, a puerta cerrada en Carondelet, quedó lista la décima reforma tributaria que, según Carrasco, se envía hoy a la Asamblea, con carácter de urgente.
Y, tal como hace casi un año, pese a que hay un consenso casi generalizado de aumentar el bono, la estrategia de, primero, señalar que se utilizarán las utilidades de los bancos y, después, de aprovechar la coyuntura para lanzar una nueva reforma de impuestos, es criticada desde varias aristas.
Así, para el economista Jorge Dávila, lo lamentable del tema es que el Gobierno haya caído en prácticas populistas y no haya habido un manejo técnico de cómo financiarlo. “Es la típica decisión por impulso. Y cuando se actúa así, los resultados son impredecibles, puede resultar o no. Pero no deja de llamar la atención que con tantos recursos que maneja el Estado, siempre haga falta más y más dinero, ya sea por cualquier pretexto, llámese bonos, emergencias o lo que sea”.
Lo mismo opina Alberto Acosta, candidato presidencial. En entrevista con Ecuadorinmediato señaló que lo que le preocupa es el debate demagógico del bono.
Según él, la gente recibe el bono y lo usa para comprar en los locales de los grupos económicos más poderosos del país. “Si se quiere aumentar su poder adquisitivo, que vaya a las tiendas y mercados populares donde se vendan productos de los campesinos, pescadores artesanales, etc. Con esto el poder adquisitivo del bono pasa de USD 50 a 75. El efecto es que alentamos la producción”.
Las posibilidades para el financiamiento
Elaborar un Presupuesto General del Estado más conservador. La Pro forma del 2013 tiene USD 1 956 millones de incremento. Si el Plan Anual de Inversiones se mantiene igual al 2012, lo recomendable sería reducir el nivel de gasto, que para el próximo año será de USD 1 920 millones más.
Aplicar políticas de reducción en la compra de derivados de combustibles (que suman más de USD 4 000 millones anuales). Con campañas de menor consumo de los carburantes, se ahorraría el 10% de recursos necesarios para el aumento del bono, según el analista Xavier Andrade.
El cobro a los accionistas de la banca cerrada es una alternativa que propone Alfredo Vergara, ex superintendente de Bancos. Según el ex funcionario, el Gobierno no ha hecho nada por cobrar USD 3 400 millones a los banqueros. Esos recursos servirían para financiar el beneficio.
Disminución en la compra de bienes (autos, suministros) y servicios (consultorías, publicidad) para el aparato público. Para la economista Vanesa Lara, con una mínima contracción, el bono se financiaría. Solo durante este año se gastará en estos rubros alrededor de USD 1 510 millones.
La suspensión temporal de la compra de renuncias en el sector público y el control en el aparato burocrático. Para el próximo año, el pago en sueldos y salarios de los servidores públicos crecerá en USD 1 247 millones. Con solo aumentar USD 1 000 millones, se podría financiar el bono.
Para Víctor Hugo Albán, presidente del Colegio de Economistas de Pichincha, si se dejara de consumir un litro de gasolina al mes en los vehículos del sector público, al año se podrían ahorrar USD 250 millones, recursos que pueden servir para aumentar el BDH. “Es cuestión de gestión”, dice.
Dejar sin efecto la reducción anual de 1% del Impuesto a la Renta, aprobada en el Código de la Producción. Así se unificaría el pago del 25% del gravamen y se recuperarían recursos, aunque eso sería dar un paso atrás en la política de promover la producción, según el analista Andrés Romo.
El recorte de gastos en publicidad y en logística es una de las opciones barajadas por amplios sectores de oposición, principalmente. Según el asambleísta Ramiro Terán, este sería un buen ejemplo para dejar de gastar innecesariamente recursos. Las estimaciones son de USD 300 millones al año.