Acuatro meses de la suspensión temporal y clausura del complejo recreacional Supercines, la Corporación El Rosado reaccionó.La empresa emitió ayer un comunicado explicando que las razones para la clausura obedecieron a procedimiento irregulares.
fakeFCKRemoveLos hechos se produjeron el pasado 27 de febrero, cuando la Comisaría de la Administración Zonal Norte del Municipio de Quito emitió un acta de suspensión temporal contra el complejo. La razón principal fue la contaminación ambiental por ruido.
Sin embargo, la Comisaría de Construcciones de la Zona Norte emitió una orden de clausura en la cual no se especifican las infracciones cometidas.
Marcelo Ottati, gerente administrativo de El Rosado, y quien firmó el comunicado de ayer, resaltó este último punto.
El ejecutivo señaló que la suspensión temporal, ordenada por la Comisaría de Medio Ambiente de la Zona Norte, fue producto de “la supuesta descarga de un camión en la acera” del complejo. Y añadió que “si alguien cometió esa infracción se debió sancionar al chofer” y no al edificio de cines.
Para Oswaldo Granda, administrador de la Zona Norte del Municipio, las afirmaciones de Ottati son unas “falacias”. La documentación que se encuentra en poder del Municipio señala que la suspensión de los cines se produjo por violación a normas de “movilidad, construcción y ambiente”.
La suspensión del complejo, donde también funcionaba el restaurante Chilis y la tienda de tecnología Metrópolis, ha generado pérdidas a estos negocios.
Sin embargo, la empresa no ha dado un dato que revele cuánto ha dejado de percibir desde el 27 de febrero pasado, cuando fue clausurado el complejo de diversión.
Solo al cine llegaban diariamente un promedio de 2 500 personas, las cuales pagaban entradas desde USD 2,10 hasta 10.A la Corporación El Rosado le llama la atención la decisión municipal de suspensión, pues el objetivo de la construcción del complejo, según dicen, fue realizar una inversión en Quito.
La empresa invirtió alrededor de USD 15 millones para la edificación de las 22 salas de cine, el restaurante Chilis y la tienda Metrópolis.
Días antes del 8 de julio del 2009, cuando se realizó la inauguración del complejo de cines, Martin Schwartz, director de Entretenimiento de El Rosado, aseguró que la innovación del sitio lo haría único frente a la competencia.
Ahora, la Corporación mira con recelo las prácticas que estén beneficiando a unos en desmedro de otros. “La competencia beneficia a todos, poner obstáculos en beneficio directo o indirecto de otros nunca será bueno”.
En Quito operan otras marcas de cines: Multicines, Cinemark, Mis Cines, Cineplex y Ocho y Medio. Multicines, Cinemark y Supercines son franquicias.
Hasta antes del cierre, Supercines tenía, según sus propietarios, cerca de 300 empleados. Al momento ellos se encuentran en una especie de limbo, ya que no saben qué pasará con sus puestos.
En el comunicado emitido por la Corporación se señaló que el pasado 21 de mayo los trabajadores organizaron una marcha hacia los exteriores del Municipio, para que se levante la suspensión, sin embargo, no se estableció qué respuesta les dieron.
Este Diario intentó obtener información sobre el estado laboral de los trabajadores en las oficinas del Ministerio de Relaciones Laborales, pero no hubo respuesta.
De acuerdo con un documento firmado el pasado 24 de mayo por Gad Czarninski, representante legal de El Rosado, la empresa decidió mantener en sus cargos a los empleados y hasta ese momento no se ha liquidado a nadie.
Los dueños del complejo de cines se encuentran a la espera de lo que se resuelva en la acción de protección que impusieron contra varias autoridades municipales ante un juzgado de la Corte Provincial de Pichincha por la suspensión temporal.