Los problemas laborales volvieron a la industria azucarera Ecudos, que fue incautada hace más de dos años a los ex accionistas de Filanbanco. El martes pasado la administración estatal despidió a 19 trabajadores y dirigentes sindicales porque supuestamente boicoteaban y entorpecían el proceso de venta de la empresa.
Se trata de Christian Bermeo, Walter Cabello, César Lucero, José Mora, Roberto Barragán y otros. Son 15 obreros vinculados con el Sindicato de Trabajadores y cuatro miembros de base.
Para mañana el grupo tiene previsto recibir sus liquidaciones de acuerdo al contrato colectivo firmado en octubre del año pasado. Los montos van desde USD 14 000 hasta 18 000, dependiendo del área y la categoría.
Stanley Vera, presidente de Ecudos, contó ayer que los empleados separados aprovecharon su representación laboral para realizar campañas de desprestigio en contra de la administración y del proceso de venta. “Ahora dicen que no quieren que se venda la empresa porque se van a despedir a muchos trabajadores y hasta critican el plan de viviendas para los empleados. Atrás de esto hay otros intereses que buscan desestabilizar al ingenio y por eso se decidió separarlos”.
La empresa, valorada en USD 250 millones, busca compradores y avanza en su proceso de venta en el mercado internacional.
Vera dio ayer en la mañana una rueda de prensa en Guayaquil. Señaló que la medida tiene el apoyo de la Junta de Fideicomiso No más Impunidad que administra las empresas incautadas a los hermanos Isaías Dassum, ex dueños de Filanbanco. “Los despedidos van a recibir sus liquidaciones de acuerdo al contrato colectivo que se firmó el año pasado. Lo que buscan no son logros laborales sino poner otra excusa más para hacer problemas y que no sean tocados los dirigentes”.
Pero los trabajadores rechazaron los despidos y convocaron a una asamblea para definir las medidas de protesta. En la tarde de ayer más de 100 trabajadores quemaron cuatro llantas a la entrada del ingenio, ubicado en el cantón La Troncal, en Cañar.
Christian Bermeo, presidente del Sindicato y uno de los despedidos, dijo que es una persecución laboral por haber liderado los reclamos en septiembre pasado y denunciado supuestos actos de corrupción.
“Nos persiguen, nos quieren callar y por eso sacaron a todos los representantes de los trabajadores. Hasta ahora no se ha cumplido el contrato colectivo y por eso exigimos nuevas peticiones, pero no les gustó”, dijo Bermeo.
Los obreros mencionaron que un beneficio que no se cumple es el pago de USD 15 000 a las familias por la muerte de un trabajador. Así también que no se dan las facilidades para que los obreros estudien, ya que les ponen falta cuando van a clases y no asisten a laborar.
Según el ex trabajador, hasta ahora no hay una capacitación a los obreros para adquirir el 30% de las acciones. “Apoyamos la venta de la empresa porque eso nos conviene. Es mentira que estemos en contra como dicen los directivos de Ecudos”.
Victoriano Valdez, secretario general del Sindicato, dijo que se busca desestabilizar a los trabajadores y por eso se convocará a una asamblea para fijar la fecha de la paralización de actividades. “No estamos boicoteando la venta de la empresa sino reclamando los derechos de los obreros”.
Stanley Vera convocó a los empleados para que sigan con sus labores y dijo que tienen todo el derecho de volver a escoger a sus dirigentes sindicales. “Todos los trabajadores que sigan operando tendrán estabilidad laboral”.
Pero esas declaraciones no le dan tranquilidad a Arnolfo Arévalo, que lleva 12 años en el ingenio. “Están despidiendo a los dirigentes sindicales y nos dejan sin representantes”.