“El Reino Unido es más fuerte por haber insistido en hacer lo que dijimos que haríamos,” expresó William Hague, Secretario de Relaciones Exteriores Británico.
El Reino Unido continúa siendo un miembro líder de la Unión Europea (UE), en el corazón del mercado más grande del mundo, con influencia sobre su desarrollo futuro y comprometido a trabajar por una Europa más flexible y dinámica. Continuamos deseando lo mejor para que se concreten los esfuerzos de la Eurozona por lograr la estabilidad y el crecimiento que Europa, Gran Bretaña incluida, y el mundo necesitan.
El Primer Ministro Británico David Cameron fue al Consejo Europeo el 8 y 9 de diciembre pasados con un claro objetivo: proteger los intereses nacionales británicos. Cameron dijo que un cambio en el tratado que gobierna a los 27 miembros de la UE debería ser la manera más completa y creíble de contar con fuertes sanciones para asegurar que los países de la Eurozona se adhirieran a las nuevas reglas.
“Era importante también tener reglas para mantener un mercado europeo abierto y justo para las industrias clave de Gran Bretaña y todos los países no Europeos, incluyendo a las que ofrecen servicios financieros. Por lo tanto queríamos ir hacia adelante y mantener a la Unión Europea unida, pero necesitábamos esas protecciones.
Estas protecciones incluían provisiones para evitar la discriminación en el Mercado Europeo, y confirmar acuerdos previos de la UE sobre los roles y poderes de las autoridades supervisoras europeas. El Reino Unido no pidió un veto generalizado, una opción de salida ni nada que le diera a la ‘City’ de Londres una ventaja competitiva injusta. El Primer Ministro buscó un campo de juego equitativo para las compañías de servicios financieros en todos los países de la Unión Europea y arreglos que permitieran que cada estado miembro pudiera regular a sus sectores financieros. Las salvaguardas que buscamos eran para beneficiar a toda la Unión Europea. No se buscó en ningún momento un trato especial para el Reino Unido.
No todos los países podían estar de acuerdo a las protecciones que el Primer Ministro pidió. Sin esas salvaguardas, lo que se ofreció no fue aceptable para el Reino Unido y fue mejor que la Eurozona procediera a través de arreglos intergubernamentales, fuera de los Tratados de la UE. Lamentamos que otros países hayan forzado a que Europa siga este camino.
Sin embargo, el interés del Reino Unido en la Unión Europea – mantener los mercados abiertos, liberar el comercio, vender nuestros bienes y servicios con reglas sobre las que podamos opinar – no ha cambiado. Continuaremos siendo un miembro clave y un catalizador importante para el mejor funcionamiento del Mercado Europeo.
El Reino Unido es la puerta de entrada principal a Europa, que da un fácil acceso a los 27 Estados miembros de la Unión Europea, al mercado más grande del mundo. El Reino Unido es también el lugar donde es más fácil establecer y administrar un negocio en toda Europa (Banco Mundial: ‘Haciendo negocios 2011’). Tenemos uno de los porcentajes de impuestos corporativos más bajos de la UE, generosos incentivos fiscales y la red más extensa de tratados de doble recaudación hacendaria en el mundo. El Reino Unido está asociado en primer lugar con Estados Unidos en el mundo por una Regulación de Productos de Mercado (Product Market Regulation/ PMR). Finalmente, el mercado laboral del Reino Unido es uno de los más flexibles en el orbe, con recursos humanos que cuentan con una base de habilidades muy competitivas.
El Reino Unido no está en contra de una regulación más dura a los servicios financieros. Al contrario: estamos fundamentalmente cambiando el sistema regulatorio. El gobierno ha recibido bien la llegada del Reporte de la Comisión Bancaria Independiente (Vickers) y prometió legislar en el Parlamento para establecer los cambios necesarios en la ley.”