La escasez de azúcar persiste en Quito. La situación afecta a consumidores y comerciantes desde hace más de dos meses, pese a los anuncios del Gobierno de que existe suficiente cantidad del producto en los ingenios. En el Mercado Mayorista, en el sur de la ciudad, la mayoría de las 60 bodegas que comercializan el endulzante cuenta con pocos quintales, que consiguieron en distribuidoras. Luis Ambuludí, vicepresidente de la Asociación de Comerciantes de Abastos de ese mercado, apenas consiguió que Empacali, una de las distribuidoras más grandes de la ciudad, le entregara 20 sacos de azúcar a USD38,50. “Hemos insistido en los ingenios para que nos vendan directamente el producto, pero ellos nos han dicho que cualquier pedido se entregará desde mediados de julio, en plena zafra”. Le sorprende que en el Ingenio Azucarero del Norte, el cual inició sus operaciones el pasado 4 de mayo, le hayan dicho que toda la producción está vendida. Bernardo Sevilla, gerente del ingenio, reveló ese día que la fábrica iba a producir aproximadamente 50 000 sacos de 50 kilos cada 30 días, lo cual permitiría superar el déficit de azúcar en Carchi, Imbabura, Esmeraldas, Sucumbíos y Pichincha. Ante esta situación, algunos comerciantes se están abasteciendo de las reservas que tienen fábricas que elaboran jugos y gaseosas. Allí, el saco se ofrece entre USD 38 y 38,50.Estos precios han obligado a que la libra del producto se comercialice hasta en USD 0,40. “Esta bastante caro. Lo peor de todo es que no hay muchas alternativas porque el precio de la panela también se ha incrementado”, señaló Diego Quinga, quien acudió ayer al Mayorista a realizar sus compras de la semana. El bulto de 25 bloques de panela bordea los USD 21, cuando antes costaba 17. En otros comercios de la ciudad, la raspadura redonda se vende en USD 0,80 y la que viene en cubos en aproximadamente USD 0,15. Víctor Encalada, dueño de una bodega en el sector de Calderón, en el norte de Quito, comentó que la libra de panela molida se vende a USD 0,40. “Al mismo precio que la de azúcar”.A los propietarios de restaurantes les preocupa la situación. “Nos toca comprar el azúcar al valor que nos ofrezcan, porque no podemos parar nuestra producción ”, dijo Carlos Silva, quien tiene un local de venta de jugos.