Empresas europeas empiezan a contemplar la posibilidad de irse de China
Más de una empresa europea de cada cinco implantadas en China contempla la idea de abandonar el país debido al aumento de los costes laborales, la creciente competencia de las compañías chinas y el marco jurídico, considerado discriminatorio, según un sondeo publicado hoy.
“China es un mercado estratégico cada vez más importante para las empresas europeas”, pero “el 22% ha reconocido que está reflexionando sobre una reorientación de sus inversiones en China hacia otros mercados”, según una encuesta de la Cámara de Comercio Europea en China.
Mientras el 78% de las empresas se muestra optimista sobre el crecimiento de sus actividades en China en los dos próximos años, sólo 36% apuesta por una evolución favorable sobre sus beneficios, según este estudio elaborado con las respuestas de 557 empresas.
Para crecer en China, el 52% prevé una expansión hacia regiones en donde no están presentes, en particular en el interior del país donde los salarios son más bajos y donde algunas provincias ofrecen incentivos a las empresas extranjeras.
Las tres principales preocupaciones de las empresas europeas en China son la desaceleración económica del país (para el 65%), el aumento de los costos laborales (63%) y la desaceleración de la economía mundial (62%).
En cuanto a la evolución de los costes de trabajo, el 59% de las empresas interrogadas dicen ser pesimistas sobre el futuro próximo, pero sube al 75% en el caso de las que están implantadas en el delta del Río de las Perlas (el triángulo que delimita Cantón, Hong Kong y Macao) y en el sur del país, donde están concentradas las empresas exportadoras.
El salario de los trabajadores del sector privado en China aumentó un 12,3% el año pasado tras reducirse la inflación, informó por su parte la Oficina Nacional de Estadísticas.
La competitividad de las empresas locales también crece: “Los tres principales niveles en los que las empresas chinas son percibidas como más competitivas son el precio, el marketing y las ventas, así como la notoriedad de sus marcas, lo que indica que la competencia se refuerza”, según la Cámara de Comercio de la UE en China.
Según sus competidores europeos, las empresas estatales chinas han mejorado todavía más sus relaciones con el gobierno, que ya era su principal fuerte.
En estas condiciones más difíciles, las empresas europeas lamentan la falta de reformas para garantizarles mejor acceso al mercado chino.
También tienen la impresión de que la ley no se aplica siempre con el mismo rigor para unas y otras, por ejemplo en materia de protección del medio ambiente.
“Cuando vemos el marco reglamentario, constatamos que se han realizado pocos avances”, lamentó el presidente de la Cámara, Davide Cucino, con motivo de la presentación del estudio a la prensa.
Una de cada dos empresas europeas considera que carece de oportunidades en el mercado chino por los “obstáculos reglamentarios” que favorecen a las compañías chinas, agregó.
Mientras los costes aumentan, “deberíamos operar al menos en un entorno suficientemente justo desde el punto de vista de la competencia, pero la mayoría de las empresas piensan que no lo es”, dijo Cucino.
Hace tres semanas en Bruselas, el comisario europeo de Comercio, Karel de Gucht, declaró que la UE va a reforzar su capacidad de respuesta ante el “capitalismo de Estado” de Pekín que protege a las empresas nacionales.
Pero fuera de China, “hay otros mercados que se abren en el mundo”, dijo el martes el presidente de la Cámara de Comercio Europea.