La emisión de bonos para pagar obras no entusiasma

La alternativa que baraja el Gobierno de emitir bonos del Estado para financiar la obra pública, es recibida con dudas por los contratistas.

Pese a que el secretario Nacional de Planificación, René Ramírez, dijo que era solo una propuesta y que de ninguna manera es un hecho, otros funcionarios del Gobierno, entre ellos el ministro de Desarrollo Urbano y Vivienda, Walter Solís, han asegurado que la idea es pagar con papeles del Estado, por ejemplo, la construcción de planes habitacionales.

En este sentido, el ingeniero Patricio Vergara, que se dedica a la construcción de inmuebles, afirma que “la decisión en sí no está mal. El problema es la desconfianza que se tiene en el Estado como pagador. Recordemos que públicamente se conoce que debe al IESS y no paga. Entonces, ¿qué garantía habría de que esos bonos los podamos cobrar?”.

La idea del Gobierno sería que esos papeles se negocien a través de la Bolsa de Valores. Para el asesor financiero Xavier Duque, el mercado bursátil es un colchón relativamente seguro en el país por su volumen de transacciones. “Puede tratarse de un buen instrumento, pero habría que calcular el riesgo y sobre eso debiera darse la emisión”.

La emisión de títulos para financiar proyectos de inversión en el país no ha sido nuevo. Según el Banco Central, el 23 de julio del 2003, bajo el Decreto Ejecutivo 433, se emitieron USD 381,8 millones. Y, precisamente, el 23 de julio de este año se vencen USD 54,9 millones de esa emisión.

Por tanto, según el catedrático Francisco Espinosa, la idea no es absurda, pero deben darse las seguridades del caso para que esto no se convierta a en un mecanismo de especulación y “tengamos una especie de burbuja inmobiliaria a través de bonos”.

A todo eso hay que añadir que el sector de la construcción no atraviesa por un buen momento en cuanto al pago de sus deudas, según el Banco Central.

Por tanto, como explica el arquitecto Juan Fernando Vélez, “si nos cuesta pagar, a veces, y si encima nos dan papeles en lugar de dinero, las cosas pueden complicarse. Y, en el caso de la construcción, damos empleo a miles de personas, todos nos veríamos perjudicados si no podemos volverlos líquido rápidamente o no los podemos negociar al mismo precio”.

Para evitar que los papeles se negocien por debajo del precio emitido, el Régimen podría aumentar el valor de emisión. Con ello, al momento de la venta, se equilibraría al precio real.

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