En los EE.UU. existe un intenso debate sobre si se debe suspender o no la impresión de monedas de un dólar.
El debate se genera por el hecho de que las monedas son muy poco utilizadas por los estadounidenses que prefieren usar el billete de un dólar.
Es más, en un editorial del Washington Post se menciona la decisión de la administración del presidente Barak Obama de que, desde diciembre, no se impriman más monedas de un dólar por considerar que el fisco de los EE.UU. está desperdiciando dinero al imprimir monedas que no son usadas.
Las monedas duran más de 30 años comparadas con los 4 años y medio que, en promedio, duran los billetes en los EE.UU. En el Ecuador la duración es menor por el mayor uso que tienen.
Los que están a favor del billete dicen que costará más hacer monedas y que son mucho más fáciles de transportar por ser más livianos que las monedas.
El Post calcula que USD 1.4 mil millones de dólares en monedas de un dólar se hallan embodegados en instalaciones de la Reserva Federal, lo cual también tiene un costo muy alto. Suspender la producción de nuevas monedas significará el ahorro de USD 50 millones por año en los siguientes años, según la Casa Blanca.
Pero ahí no acaba la cosa. Hay quienes abogan para que las monedas sean acuñadas nuevamente. En el Senado, el demócrata Tom Harkin de Iowa y el republicano John McCain de Arizona han presentado un proyecto de ley que obligaría a la Reserva Federal a suspender la impresión de los billetes de un dólar por un período de cuatro años o cuando la circulación de las monedas de un dólar haya excedido los 600 millones anuales, de acuerdo a qué cosa ocurra primero. Un proyecto similar está pendiente en el Congreso.
Según estos proponentes es absurdo esperar que la gente utilice monedas cuando el viejo billete de George Washington aún circula y es una alternativa. Con el paso del tiempo, dicen los partidarios de la moneda, sustituir la moneda al papel producirá más ahorros al Estado.
Esto parece ser lo correcto agrega el Washington Post.
De hecho, si los estadounidenses supieran lo que están pagando por sus billetes de un dólar, pensarían de forma distinta sobre el tema. En meses pasados, agrega el editorial, la oficina de transparencia del Gobierno dijo que el Gobierno se ahorraría un promedio de USD 146 millones al año durante los próximos 30 años si se adoptara el sistema de monedas.
El cambio sería oneroso durante los primeros 7 años, pero a partir de eso sería lo contrario. Los ahorros que resulten de este hecho es por el señoraje, es decir lo que el gobierno gana por producir moneda cuyo costo de producción es menor que su valor.
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